Editoriales > ANÁLISIS

El infierno anunciado

“Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis, porque para convencer hay que persuadir.” Ese razonamiento —que le hizo Miguel de Unamuno al general José Millán-Astray en octubre de 1936, en la Universidad de Salamanca y en plena Guerra Civil española— bien se puede aplicar a muchas otras circunstancias, entre ellas a los resultados de las elecciones para gobernador del Estado de México realizadas el 4 de junio de 2017, que son precisamente el objeto de análisis de este libro, coordinado por Bernardo Barranco”.

Ese es el primer párrafo del prólogo que escribió Lorenzo Meyer Cossío para el libro El infierno electoral: El fraude del Estado de México y las próximas elecciones de 2018, debido a la acertada coordinación del exfuncionarios electoral, Bernardo Barranco y un grupo de autores calificados, todos ellos colaboradores o exconsejeros del Instituto Electoral del Estado de México o del Instituto Electoral del Distrito Federal, quienes han ocupado su vida al estudio de las elecciones y al análisis del voto.

El infierno anunciado

En este texto, se afianza la teoría de que las elecciones en el Estado de México fueron un ensayo general con vestuario, en el que todas las instancias del gobierno federal se volcaron a arropar al primer primo del país, a fin de sacar provecho de la experiencia y preparar los comicios de este año, en que el candidato oficial mantiene la misma posición muy rezagada que tuvo en las elecciones el ahora gobernador del Edomex.

Al respecto, el coordinador de la obra, explica que: “Quiere decir, a grosso modo, que los dados cargados están hacia el candidato oficial, el candidato con el que el gobierno en turno simpatiza. El libro muestra y demuestra que es una noción que se queda corta, la noción ‘elección de Estado’ es la conversión del aparato de gobierno en un aparato electoral, en donde los altos funcionarios del gobierno, en este caso del Estado de México, se repartieron territorios, sus subsecretarios zonas, distritos y así, con toda la infraestructura personal, vehículos, etc., y evidentemente no hay equidad posible, ¿quién va a vencer a una poderosa maquinaria?”. No, no se puede vencer al Leviatán.

Barranco y demás autores hacen ver que, por ello, no hay la preocupación que debía haber por el bajo nivel de aceptación del candidato oficial. Saben que, de una forma u otra, será el próximo presidente. Con las plumas ágiles y certeras de Gabriel Corona, Eduardo Huchim y Santiago Nieto, entre otros, en este libro indispensable no sólo se teoriza sobre las posibles prácticas subterráneas que pudieron haber llevado al PRI a conservar una entidad como el Edomex; sino que, se documenta y explica el método institucionalizado que el gobierno viene utilizando para llevar a su favorito al triunfo.

Cinco son los métodos más comunes en las elecciones de Estado: la territorialidad y la encomienda jerárquica de resultados efectivos en el acarreo y la coacción de voto, por medio de la estructura burocrática y organizaciones sociales comprometidas; el uso de programas sociales, por medio de los cuales se capta una clientela cautiva a cambio de pequeñas recompensas que la gente teme perder si no acatan las disposiciones; la compra directa del voto, de funcionarios electorales y de representantes de partidos, con una derrama colosal de dinero; el uso de las instancias judiciales para presionar a los candidatos y sus simpatizantes; y, en última instancia, la intimidación y la violencia.

En la Introducción, escribe Barranco: “Los comicios se han convertido en zonas de encono, guerra sucia, campañas de desprestigio y agandalle. El poder sin principios y los principios sin poder. Las elecciones, lejos de ser una fiesta ciudadana, han devenido una conflagración sin escrúpulos: son la antesala del averno”.

Un infierno de tigres sueltos cuyos mensajes y símbolos transparentes hoy en día se yerguen por doquier.