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El cultivo del odio

El domingo por la tarde, los niños veían una película en el televisor; se trataba de una mezcla de escenas filmadas con personajes de carne y hueso y pasajes en los que éstos eran dibujados. La trama comenzó con tiernas escenas de una familia con cuatro hijos que decide adoptar a un quinto proveniente de un país asiático. La adaptación del recién llegado fue difícil; pero, era estimulada por el cariño de los padres y los niños.

Casi imperceptiblemente, se fue llevando la temática a las diferencias de los párvulos blancos, que hablaban inglés y tenían una educación esmerada, y el pequeño amarillo de ojos rasgados, a quien se dificultaba el manejo del nuevo idioma. Al chico rato, la trama se adentró en un terreno francamente tendencioso, para estimular el pánico a lo diferente. El filme termina cuando el niño adoptado se convierte en un delincuente y atenta en contra de la familia que le dio casa y amor. Un mensaje subliminal de odio.

El cultivo del odio

El tema, común en estos días en que se da, por una parte una extensa migración de gente que huye de la violencia y la explotación en sus lugares de origen, y, por la otra una intensa campaña de rechazo a lo distinto, que adquiere caracteres singulares por cuanto se convierte en una cerrada xenofobia que no únicamente niega la esencia del ser humano, sino que se encamina a un exterminio que se denuncia con frecuencia.

La película pasada el domingo por la televisión en un canal con programación para niños, no tiene más propósito que sembrar en las mentes infantiles mensajes de odio, de miedo y de rechazo a todo aquello que pueda resultar ajeno a los patrones culturales propios. Con ello se exacerban las conductas que han generado tantos y tan terribles crímenes de lesa humanidad contra gente cuyo único pecado es no ser igual.

Siempre ha resultado mejor aceptar los excesos que adoptar políticas restrictivas; pero, quizá en este caso sí se torna imperativa la intervención de los organismos oficiales que tienen como propósito clasificar las obras cinematográficas a efecto de evitar el adoctrinamiento pernicioso de las frágiles conciencias de los niños pequeños que aún no pueden defenderse de esos ataques en contra de su formación intelectual.

En México, como parte importante de las reformas constitucionales de 2003, se creó la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, misma que el 20 de marzo de 2014 el Congreso de la Unión, reformó de manera integral a fin de dotar al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación de mejores y más amplias atribuciones en la materia y brindar una efectiva protección del derecho a la no discriminación de las personas que viven y transitan por el territorio nacional, con mayor apego a los instrumentos internacionales que en la materia, se ratificaron por el Estado mexicano.

En el apartado III del Artículo I del Capítulo I, se indica que: “Discriminación: Para los efectos de esta ley se entenderá por discriminación toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que, por acción u omisión, con intención o sin ella, no sea objetiva, racional ni proporcional y tenga por objeto o resultado obstaculizar, restringir, impedir, menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y libertades, cuando se base en uno o más de los siguientes motivos: el origen étnico o nacional, el color de piel, la cultura, el sexo, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, económica, de salud o jurídica, la religión, la apariencia física, las características genéticas, la situación migratoria, el embarazo, la lengua, las opiniones, las preferencias sexuales, la identidad o filiación política, el estado civil, la situación familiar, las responsabilidades familiares, el idioma, los antecedentes penales o cualquier otro motivo;…”.

Si el texto constitucional, si la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, si toda la legislación referente, señala la obligación del Estado para erradicar la discriminación, bueno sería que se implementaran acciones para evitar la proyección de películas como la señalada, cuyo único e inequívoco propósitos es cultivar la xenofobia.