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El PAN: dividido, desarticulado y aislado

El PAN es uno de los tres partidos mayoritarios que más perdió en el pasado proceso electoral. Se le fue la elección presidencial y la posibilidad de tener cierta presencia e influencia en la representación legislativa federal o estatal, así como la mayoría de las gubernaturas en las que hubo renovación de los poderes ejecutivo local y municipal.

Perdió votos, poder y prerrogativas, pero también su agenda ideológica y con ello, la posibilidad de diferenciarse como opción política con identidad propia. Con un ideario y una plataforma de gobierno consistente con su historia y doctrina. Los etno-jingles aún no pueden suplir a las ideas, más cuando se trata de ofrecer alternativas para mejorar el futuro de una sociedad urgida de soluciones.

El PAN: dividido, desarticulado y aislado

Al promover y aceptar una coalición electoral tan heterogénea y contradictoria, se asumió como un partido condicionado, con un sentimiento de mea culpa, con la que término por dividir internamente a sus dirigentes, militantes y simpatizantes. El resultado está a la vista de todos, se han convertido en una alternativa política sin fuerza, minoritaria, dividida, desarticulada y aislada.

El frente que constituyó e impulsó, fue una pésima apuesta, porque además cedieron muchos espacios legislativos, que al día de hoy le permitirían ser la primera oposición del nuevo gobierno. Al ser la primera minoría política, les permitiría ser más competitivos y atractivos hacia futuros procesos electorales. Pero esa no es su realidad presente.

Hacia delante tienen múltiples retos que sortear. En lo interno, lo obvio, renovar a su dirigencia nacional con el máximo consenso posible, para no seguir fracturando y enfrentando a los diversos grupos que disputaran la presidencia de su comité nacional y con ello las principales decisiones de su futura agenda de trabajo.

Con independencia del grupo y persona que en lo particular vaya a encabezar estos esfuerzos, creo que al menos deben de resolver en lo inmediato tres temas, para lograr mantener cierta unidad y cohesión y con ello eventualmente ser considerados como opción. En primer lugar, deben decidir si van a continuar con las mismas reglas de organización interna. Este punto es fundamental, porque les va a permitir crear un nuevo arreglo de gobernabilidad y estabilidad ante las actuales circunstancias. De no ser el caso, el grupo o aliados de Anaya seguirán gobernando un partido que cada día que pase estará más disminuido y con fuerte tendencia a quedar altamente marginado del espectro político.

Sólo les recuerdo que el PRI del año 2000, logró superar su crisis interna, gracias al nuevo modelo de gobernabilidad que adoptaron, por medio de diversas instancias de decisión colegiada, sobre todo, a partir de un consejo político nacional incluyente. Claramente son dos historias diferentes con dos contextos diametralmente opuestos, pero la lección no es para nada despreciable. Si van a refundarse, necesitan nuevas reglas del juego.

En segundo lugar, van a tener que decidir y definir sin ambigüedades la ideología del PAN. Les llegó el momento para dejar de simular si son o no un partido de derecha. Un partido de derecha liberal o conservador, que se puede distinguir por promover o no, las libertades de las minorías y principalmente el libre mercado, bajo las premisas del liberalismo y el capitalismo. No hay nada de malo en defender las convicciones y principios por los que una determinada organización política busca el poder.

Finalmente creo que deberán de ampliar la base de sus militantes para que sean considerados como parte de un partido nacional serio, atractivo y competitivo.

En lo externo, hay muchos desafíos que deben enfrentar. Tal vez el primero y más importante que tienen en lo inmediato es resistir a no ser cooptados. Resistir el aislamiento y votar en los próximos años desde la minoría parlamentaria en contra de todo lo que se proponga que sea contrario a sus ideas y principios. Tal vez la consistencia y la perseverancia, les de alguna oportunidad en el futuro. En el futuro.