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El contacto directo

Hoy, luego de muchas décadas de simulación, parafernalia y hasta payasadas, vuelve el contacto directo entre el gobierno y los gobernados.

Hoy, luego de muchas décadas de simulación, parafernalia y hasta payasadas, vuelve el contacto directo entre el gobierno y los gobernados. Con un estilo estrictamente republicano, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, acude a la sesión general del Congreso para rendir la protesta de ley como jefe de las instituciones de este país. Al evento acudirán 900 invitados de honor, 500 nacionales y 400 foráneos.

Se tiene contemplado que la ceremonia de toma de posesión comience formalmente a las 12 del mediodía y termine a las 2 de la tarde, luego de lo cual viajará en automóvil a Palacio Nacional, en donde, a partir de las 3 de a tarde, tendrá una reunión privada con los mandatarios y representantes de gobiernos amigos que le acompañaron en su primer día de trabajo. Los invitados a la asunción de AMLO son de todas las ideologías.

El contacto directo

Más tarde, a las 5 pm, también en Palacio Nacional, se reunirá con los representantes de los pueblos indígenas. A la misma hora comenzará un evento cultural en el Zócalo. Una hora después, desde el balcón principal del palacio, López Obrador saludará a la gente reunida en la plaza y a todo el país a través de los medios. A las 7 de la tarde está previsto que termine el evento en el Zócalo y López Obrador se dirigirá  a su domicilio.

¿Cuál es la principal virtud del presidente López Obrador? Desde luego, la austeridad, con la que se han identificado muchos de los grandes mandatarios de este país, desde el presidente Guadalupe Victoria, que terminó su mandato constitucional y se fue a vivir a su hacienda de El Jobo, en Veracruz; don Benito Juárez, Cárdenas, Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, el último presidente de la Revolución.

¿Por qué es tan apreciado? Por su liderazgo, que suscita confianza y, sin tener que decirlo como otros, ha venido demostrando que sabe lo que hace y que su idearios es el resumen de la historia de México, una historia caracterizada por la solidaridad y la justicia social, muchas veces amenazada por los mezquinos intereses de la avaricia. Aún sus propios adversarios no pueden dejar de reconocerle una total congruencia.

¿Su principal propuesta? La de terminar con la intermediación económica, política y social, para gobernar por y para los mexicanos, haciendo a un lado los intereses que han venido diluyendo las acciones de la administración pública, tanto con el socorrido moche en las partidas presupuestales, como con el condicionamiento de las acciones de gobierno en las otras instancias de poder y de representación, y, desde luego, la voluntad de escuchar y de responder con eficacia y prisa a las demandas populares.

Este puede que sea una de las acciones más criticadas, porque ha determinado con el apoyo del Congreso, la creación de la Guardia Nacional a fin de pacificar al país y terminar con las acciones antisociales, y porque ha decidido la creación de 32 nuevas coordinaciones únicas en cada una de la entidades del país, con 266 subdelegaciones. Ya nada de que los gobiernos locales puedan desviar fondos de las partidas federales.

El cambio político más trascendente es que el pueblo de México, a través de sus votos a favor de Andrés Manuel López Obrador, ha rescatado su destino, secuestrado por una cáfila de pillos que sólo se obedecían y se favorecían a si mismos a través del mal llamado sistema representativo, que en realidad era poder cerrado de la partidocracia. Ya no habrá más Emilios Gamboa, Malio Fabios, Rosarios ni otras víboras perniciosas.

Hoy, se restaura, una vez más, la república fundada por Guadalupe Victoria, defendida y restaurada por Juárez y reorientada por los grandes caudillos de la Revolución. Este día, quienes en este suelo pródigo y generoso viven y trabajan, tendrán la oportunidad de asistir al renacimiento del México que dio tantos y tan portentosos logros al mundo entero, como la abolición de la esclavitud en América, el derecho de imprenta, las garantías individuales, la primera revolución social del siglo XX, la Constitución del 17.

México ya no cuenta con las boyantes empresas del Estado mexicano, muchas de las cuales, las más lucrativas, por supuesto, fueron fueron vendidas a los magnates amigos y socios de los gobernantes depredadores; los bancos y las instituciones del sector financiero, están en manos extranjeras en su mayoría; las carreteras, puertos y aeropuertos, están concesionados a empresas privadas nacionales y extranjeras y las dos empresas emblemáticas del México revolucionario, Pemex y la Comisión Federal del Electricidad, ya fueron quebradas y entregadas a los coyotes de la economía.

Pero, eso nada importa. Hoy, como antes, como siempre, México se pondrá de pie para marcar la pauta del progreso fundamentado en la justicia social.