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Como los cangrejos

El mundo ha perdido una batalla importante por la democracia.

El mundo ha perdido una batalla importante por la democracia. El poder omnímodo de la plutocracia universal se ha impuesto, una vez más, al interés de la gente de carne y hueso, de leche y pan. Los grandes logros en los tres grandes campos de la cultura humana, se ha convertido en instrumentos para ajustar la soga en el cogote de quienes ya no ve lo duro sino lo tupido en lucha tan desigual entre la avaricia y la indigencia.

Antier, la Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos dio el anuncio de la derogación total de las normas de neutralidad en la Internet aprobadas por el gobierno de Barack Obama en 2015, que garantizaban la igualdad de acceso a la red de redes para todos e impedía a las compañías proveedoras de servicios de conexión cobrar tarifas adicionales por un acceso más rápido a ciertos contenidos y servicios.

Como los cangrejos

El fin de la neutralidad de la red en los Estados Unidos significa que las empresa del ramo que estaban obligadas por ley a tratar a todo el universo digital por igual, lo que, en términos políticos, significaba que las autoridades aseguraban que las empresas que suministran el servicio no bloquearan, ralentizaran o discriminaran de alguna manera algún contenido o aplicaciones, ahora podrán hacerlo a su libre conveniencia.

Vivirán en el vecino país lo que vienen padeciendo los usuarios de la red en México, donde el servicio es pésimo y caro; sin otra disyuntiva que pagar más, sin garantía de que los resultados vayan a ser mejores, porque, a diferencia de los anuncios de la administración pública que asegura que los monopolios han sido sometidos a las leyes de la competencia, su poder se ha fortalecido y ahora dominan más espacios de fuero.

Aunque, según Ryan Singel, experto en neutralidad de la red del Centro de Estudios de Internet y la Sociedad de la Universidad de Stanford, en los Estados Unidos tampoco existe un adecuado nivel de competencia en el mercado de la prestación de servicios de telefonía, que está concentrado en cuatro entidades, la legislación aprobada por el gobierno de Obama permitía a los consumidores tener garantía de un buen servicio.

Ahora, no; existe la certeza de que los proveedores de Internet operarán sus sistemas de tal manera que puedan obtener mayores beneficios, sin importar el interés de los cibernautas, que ahora tendrán que pagar más por accesos que hasta el jueves les resultaban gratis porque formaban parte de los paquetes generales de contratación. Esta medida, tomada inicialmente por el gobierno de Trump, podría extenderse fuera.

Para los aborígenes, no vendría más que a confirmar lo que ya existe en la práctica, y que vendría a ser un vuelta más en el torniquete que asfixia a quienes sólo tienen sus manos para llevar la gorda a la prole. Quizá quien mejor lo define es el portal e-consulta.com, que dice: “Si una empresa proveedora de Internet trabaja en alianza con una plataforma de streaming, podría hacer que esta corriera más rápido que la que a ti te gusta. Por ejemplo: Telmex podría hacer que la página de Netflix corriera muy lento obligándote a contratar Claro Video, que tendría mayor velocidad por estar en colaboración con la empresa que da el servicio. Los paquetes de aplicaciones y servicios se irían a las nubes. Es decir, que si quisieras contar con todos los servicios como Uber, WhatsApp, Netflix, Cabify, Snapchat e Instagram, entre otros, tendrías que elegir entre los paquetes que las empresas te propongan, sin tener la libertad de usar tus datos en las que tú elijas (justo como lo hacemos ahora).

Al no existir neutralidad en la red se beneficia que unos portales puedan verse mejor que otros, siendo esto una suerte de censura. Porque Internet supone un espacio libre de expresión y de información y limitar contenidos y acceso es un acto que violenta esas libertades. Porque las concesiones distintas entre empresas favorecerían un clima de competencia desleal, cayendo en prácticas monopólicas”.

Al parecer, este siglo XXI, que se imaginaba como el siglo de las luces, viene siendo el siglo del cangrejo, porque todas las conquistas humanas están sufriendo un retroceso.