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Ana Gabriela Guevara, corriendo al olvido

Ana Gabriela se convirtió en todo aquello que detestaba, corrupción, indiferencia, antagonismo… sus valores como deportista olímpica quedaron en la pista que hace 16 años dejo atrás

Yo la admiraba, y probablemente todos los mexicanos que la seguimos en los juegos olímpicos de Atenas 2004 le teníamos respeto, pocas veces una mujer había paralizado casi al 100% al país durante una final olímpica. 

En aquellos juegos olímpicos la velocista se convirtió en la primera mujer en la historia de México que ganaba una medalla olímpica en los 400 metros planos, conquisto para nuestro país no sólo la medalla de plata,  si no también nuestros corazones; justo un año después de haber logrado el record mundial de 35.30 segundos en los 300 metros planos, record que no ha sido superado.

Ana Gabriela Guevara, corriendo al olvido

16 años después Ana Gabriela Guevara, titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, se encuentra una vez más en el ojo del huracán a menos de 200 días de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio, pues la Secretaría de Función Pública (SFP) encontró y publicó irregularidades en la asignación y comprobación de más de 50 millones de pesos durante la administración de la ex velocista.

Después de realizar siete auditorías, se han revelado las irregularidades en el destino de esos 50.8 millones de pesos, los cuales fueron tomados del Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar), que está regulado como fideicomiso.

El año pasado, la revista Proceso ya había hecho algunos señalamientos en contra de la Conade luego de publicar que esta comisión le ha sacado dinero de más al Fodepar, a través de diferentes federaciones inflando gastos en el itinerario de los deportistas.

Esto se logra, según la revista, avisando sólo con un par de días de anticipación sobre cierta competencia y sus respectivos gastos. De esta manera, la federación paga los gastos y después pide el reembolso con capital del Fodepar con facturas infladas gracias a empresas que ofrecen servicios de traslado y hospedaje y que ayudarían a realizar esta coartada.

Esta investigación habría iniciado en el mes de abril del año pasado, cuando exintegrantes de la Conade y Efraín Mora, presidente de la Federación Mexicana de Ciegos y Débiles visuales, realizaron denuncias ante el Órgano Interno de Control de la Conade.

La revisión que se hizo a la Subdirección de Calidad para el Deporte de la Conade, revela que el dinero del Fodepar fue comprobado con documentación “alterada, apócrifa y carente de validez fiscal”  los recursos públicos fueron triangulados mediante empresas que facturaron a sobreprecio la realización de eventos deportivos.

Los funcionarios de la Conade que fueron fiscalizados tuvieron hasta diciembre para solventar las seis observaciones que los auditores les hicieron. Sin embargo no aclararon las cuentas. Las faltas administrativas son punibles penalmente.

La directora general de la Conade, Ana Gabriela Guevara, también ha sido omisa: no ha denunciado a sus colaboradores quienes, violaron las Reglas de Operación del Fodepar al aprobar a sobreprecio el pago de boletos de avión, exceso de equipaje, transportación terrestre, hospedaje, alimentación, hidratación y compra de equipamiento deportivo en alrededor de 70 competencias y campamentos en los que participaron atletas convencionales y del deporte adaptado.

Siempre que nos enteramos de casos de robo y corrupción contra los mexicanos es lamentable, pero en el caso de Ana Gabriela Guevara, duele todavía màs; ella muchas veces como deportista públicamente se quejó de la falta de apoyo del gobierno para los deportistas de alto rendimiento, del esfuerzo que tenían que hacer deportista y entrenador para lograr participar en las olimpiadas, hablo de dolor, sacrificio,  entrega…

Ana Gabriela tenía la confianza de los deportistas, pero ¿qué fue lo que le paso al llegar a la titularidad de la Conade? Primero no sabía cómo vestirse ni comportarse, y la entiendo estaba acostumbrada a vestir short de licra, top y pants;  como funcionaria la disfrazaron, alguien le sugirió usar faldas y vestidos que no sabía ni portar, además de un maquillaje aterrador…  pero hoy eso es lo de menos.

Ana Gabriela se convirtió en todo aquello que detestaba, corrupción, indiferencia, antagonismo… sus valores como deportista olímpica quedaron en la pista que hace 16 años dejo atrás.