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Urzúa, el infiltrado de la mafia del poder

¿Y qué creía usted? Que la 4T no se iba a dar cuenta de que tenía un neoliberal infiltrado en sus filas. Pues ya ve que no fue así.

Afortunadamente las Fuerzas de Detección de Conservadores y Protección de la Pureza, un cuerpo de élite ultrasecreto, detectó que los exsecretarios de Hacienda, Agustín Carstens y José Antonio Meade infiltraron en el gabinete presidencial a uno de los suyos para impedir la muerte del sistema económico neoliberal. Carlos Urzúa, es el nombre del topo -como se les conoce en el argot del espionaje a los infiltrados-.

Urzúa, el infiltrado de la mafia del poder

Y si jalamos el hilo para llegar a la madeja, veremos que Meade fue secretario de Hacienda con Felipe Calderón y también secretario de Hacienda con Enrique Peña Nieto ¿A dónde llegaremos? Elemental mi querido amigo: a la mafia del poder. Urzúa era el hombre de la mafia del poder en Palacio Nacional.

Imagine hasta dónde habían llegado los conservadores y neopofiristas… Nada menos que a la segunda oficina más importante en el Palacio Nacional.

"Tuvimos, entre otras discrepancias, lo del Plan (Nacional) de Desarrollo, hubo dos versiones y la versión que quedó es la versión que yo autoricé, que incluso me tocó escribirla, porque había otra versión. Y sentí que era continuismo. Imagínense lo que es eso, que me presentan un Plan de Desarrollo, lo veo y desde mi punto de vista no reflejaba el cambio, era como si lo hubiese hecho Carstens o Meade, con todo respeto", dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador, en referencia a la renuncia de Urzúa a la Secretaría de Hacienda.

Y de qué le sirve a un Presidente un secretario de Hacienda al que le encarga que haga un Plan Nacional de Desarrollo y que en el documento él ponga sólo lo que piensa y no lo que el Presidente quiere oír. Pues no queda otra que el mandatario deje sus ocupaciones, agarre papel y lápiz y se ponga a planear el desarrollo del país él solito. Pero así es esto de las transformaciones, si se quiere que las cosas salgan bien, y a propio gusto, hay que hacerlas uno mismo.

Y, además, don Carlos pretendió engañar nada menos que al mero jefe de la 4T. Quiso hacer que firmara un Plan Nacional de Desarrollo de corte neoliberal, vaya temeridad la del entonces secretario de Hacienda... Querer engañar al padre de la austeridad republicana, de la pobreza franciscana, al ganador de las tijeras de oro, a aquél que es capaz oler a un neoliberal a kilómetros de distancia.

Imagine usted qué hubiera sido del país si no descubren a este traidor a los principios de la austeridad.

Desde ese puesto pudo haber operado para que no fluyeran los recursos para construir la refinería de Dos Bocas, proyecto que va a salvar el sector energético del país y dará mayor independencia a México.

Tampoco hubiera caminado la construcción del Tren Maya, obra que sacará del atraso y la pobreza en la que los gobiernos neoliberales han sumido al sur del país.

Y, seguramente, iba a hacer hasta lo imposible por evitar que se construyera el Aeropuerto Internacional en Santa Lucía, con el daño que esto implicaría para la economía del país.

Imagine, sólo por un segundo, el daño que pudo haber hecho el infiltrado de no haber sido descubierto a tiempo. Pero como el bien siempre triunfa, y los justos tienen recompensa, el topo quedó al descubierto.

Y desde luego que usted no creerá la sarta de acusaciones que en su carta de renuncia lanzó Urzúa:

"Estoy convencido de que toda política económica debe realizarse con base en evidencia, cuidando los diversos efectos que esta pueda tener y libre de todo extremismo, sea este de derecha o izquierda. Sin embargo, durante mi gestión las convicciones anteriores no encontraron eco. Aunado a ello, me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública. Esto fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés", escribió Urzúa.

¿Política económica basada en extremismos? ¿Funcionarios que no tienen conocimiento de la hacienda pública? ¿Conflictos de interés por parte de funcionarios del actual gobierno? ¿Pues de qué país está hablando Carlos Urzúa? ¿Qué le pasa?

Si fuera cierto el diagnóstico de Urzúa, el país estaría en este momento sufriendo un frenón de la economía, la creación de empleos formales estuviera cayendo, habría desabasto de medicamentos, despidos masivos de burócratas, nada más alejado de la realidad.

Claro que el Banco de México dijo ayer que hay señales que advierten la posibilidad de que país entre en una recesión este mismo año y el Bank of América opina que México se encuentra ya en "recesión técnica" (una economía entra en recesión cuando presenta un decrecimiento en dos trimestres de forma consecutiva); el Seguro Social dice que hay un menor registro de empleos; en los primeros seis meses del año 21 mil burócratas han sido dados de baja. Pero, aunque todas estas cifras son las oficiales, no debe confiar ciegamente en ellas pues el Presidente tiene otras, las buenas, desde luego.

Pero contrario a lo que dicen los números oficiales, no dude, ni por un segundo, de lo dicho por el Presidente el miércoles pasado: "El peso está fortachón, aguanta, se recuperó y se va a seguir recuperando porque tenemos finanzas públicas sanas, porque tenemos buena recaudación, porque hay un manejo del presupuesto ordenado". Recuerde, él nunca miente.

Así que le quede claro, la 4T va tan bien que aguanta esta y 30 renuncias más si son necesarias.

"Yo nada más les pongo de ejemplo -por eso es importante la historia, guardadas todas las proporciones, son otros momentos desde luego- el presidente Juárez en los 14 años que gobernó en circunstancias muy difíciles porque tuvo que peregrinar por el país y defender la República. Creo que llevó a cabo como 30 cambios en la Secretaría de Hacienda, cambió 30 veces de secretario de Hacienda".

Así que si el actual Presidente, como Benito Juárez -guardadas todas las proporciones-, tiene que gobernar 14 años, o más, requiere de al menos 30 secretarios de Hacienda. Pero que a usted eso no le preocupe, pues de 30 seguro alguno sale bueno y sigue al pie de la letra las instrucciones presidenciales.

Llegará el día en que un secretario o secretaria de Hacienda, sea capaz de hacer solito un Plan Nacional de Desarrollo sin que, papá Presidente, tenga que hacer la tarea por él o ella.

Uno de esos 30, o más, tendrá que ser puro y 100 por ciento libre de neoliberalismo. Sin embargo, esos perfiles no se dan en maceta, hay muy pocos.

Así, que si usted de casualidad conoce a alguien que cubra los siguientes requisitos, por favor avise, pues se van a necesitar al menos 29 valientes.

Para empezar debe estar dispuesto a ganar menos de 107 mil pesos al mes, no haber estudiado en el ITAM, saber escribir planes nacionales de desarrollo desde la perspectiva de la austeridad; no padecer aicmofobia (miedo irracional a los objetos punzantes o cortantes, como tijeras o machetes); no ser fifí, conservador o neoporfirista. Y de preferencia, aunque no es obligatorio, evitar tener cara de susto el día que el Presidente anuncie su designación como nuevo secretario de Hacienda.

ME CANSO GANSO: Cualquier similitud es pura coincidencia. Cuando los nomina como secretarios de su gabinete asegura que son los mejores, son una patriotas comprometidos con el país, pero meses después, cuando renuncian los muele a palos. Sin duda atinó a la respuesta. Desde luego que el personaje en cuestión es el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha visto desfilar a una docena de miembros de su gabinete o colaboradores muy cercanos. ¿O usted de quién creía que estábamos hablando?


Arlequín

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