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Recordando a Rosalío Lara Hernández

Hoy quiero que me acompañes a realizar Un Viaje al Pasado, para recordar a un excelente ser humano que, siempre demostraba su alegría y gran carisma, además de ser un gran deportista, fue un buen hijo,  excelente padre, y un gran ser humano, me refiero al señor Rosalío Lara Hernández.

Rosalío nació en la ciudad de Victoria de Durango, Durango, el día 4 de septiembre de 1940, sus padres fueron el señor Enrique Lara Rivas (militar) y la Señora Vicenta Hernández Manzano, tuvo 6 hermanos, Emilia, Agustín, Enrique, Daniel, María y Ángela Lara Hernández.

Recordando a Rosalío Lara Hernández

Realizó sus estudios primarios en una escuela perteneciente al ejido Nueva Santana, municipio de Reynosa. Sus padres deciden venirse a Río Bravo, Tamaulipas, buscando un mejor futuro para sus hijos, cuando él tenía la edad de 15 años, radicando primeramente en la colonia Cuauhtémoc.

Llegando a esta ciudad, Rosalío, inmediatamente ayudó a sus padres en los gastos del hogar, trabajando en una cervecería llamada Bar Piedras Negras, su trabajo era servir a los clientes, atendiendo las mesas, en ese tiempo se llenaba la cantina y eran muchos los clientes, cuentan que como la barra era muy larga, se la brincaba para servir más rápido y de ahí es donde proviene el apodo del Venado. También trabajó de ayudante cargador, en una frutería ubicada en el mercado ejidal perteneciente al señor Zenón García, otras veces ayudándole a un señor radiotécnico llamado Ramiro Bustos, quien era el propietario de un taller donde reparaban radios, televisores, estéreos y aparatos de sonido. A la edad de 22 años, después de un largo noviazgo, se casa con la señorita María de Lourdes Peña Leija procreando 8 hijos, María Guadalupe, Mirna, Roberto, Sonia, Rosalío, Rogelio, Rubén y Miriam Elizabeth Lara Peña.

Ya casado, decide comprar una casa y Fijar su domicilio en la colonia Morelos, en ese tiempo inicia su trabajo como chofer de transporte del personal en la planta Celanese Mexicana S.A, trabajo que realizaba con mucho gusto, alegría y cordialidad. En sus días libres o de descanso trabajaba para la familia Aboytes, yendo en una camioneta de redilas a San Luis Potosí, San Juan de los Lagos, Guadalajara y a otros lugares de la república mexicana, a traer mercancía para la bonetería. Trabajando en Celanese mexicana es  ahí precisamente cuando le nace e inicia su gusto por el rey de los deportes, (el beisbol) llevando al equipo Los Zorros de Celanese a jugar a los ejidos, muchas veces a falta de ampáyer el mismo se encargaba de arbitrar el juego, era tanta su pasión que  alternaba su trabajo con el ampayeo, llegando a ser presidente de la unión de ampayers, (árbitros del beisbol).  Representó a la ciudad de Río Bravo en juegos estatales de beisbol como ampáyer, también él era el ampáyer oficial en los juegos de exhibición de equipos de la liga mexicana, siendo ellos tales como sultanes de Monterrey, Broncos de Reynosa, y Astros de Tampico.

Cuando los juegos estaban muy disparejos o aburridos, para que la gente no perdiera interés en el juego, al momento de cantar el tercer strike, se dejaba caer de sentaderas al suelo para hacer más ameno y divertido el juego. Él se encargó por muchos años de darle mantenimiento al parque de beisbol de Celanese Mexicana, además una peculiaridad en él, era que siempre cargaba con su libro de reglas de beisbol, ya sea bajó el brazo o en la bolsa trasera de su pantalón y así evitar cualquier tipo de reclamo, cuenta su familia que en vida, la única liga que le hizo un homenaje, fue la Liga Rotaria de Softbol.

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Debido a una enfermedad que le aquejaba se retira de ampáyer, a pesar de su edad, pero gracias al deporte, haber llevado una vida sana, con mucha disciplina y gracias a su condición física, siempre fue un hombre muy activo, sus últimos años se los pasó trabajando en la ferretería Valle Hermoso, con su amigo el señor Mario Dávila, falleciendo lamentablemente el día 30 de octubre del 2014 

Es por eso y más que hoy recordamos a Rosalío Lara Hernández como hijo adoptivo y predilecto de nuestro querido Río Bravo.

¡Muchas gracias por hacer juntos Un Viaje al Pasado, hasta la próxima!

nachobecerril58@gmail.com