¿Qué clase de persona queremos ser?

Dentro de cada uno de nosotros se encuentra una semilla que está destinada a crecer y a rendir frutos, que clase de semilla es la que llevamos dentro es una incógnita que solo se despejará  al pasar del tiempo, sin embargo es bueno conocer desde temprano si nuestra semilla es de trigo o de cizaña. 

La cizaña se dedica a crecer, más bien se desparrama, entre los surcos de plantas que producirán frutos, y les impiden crecer, desarrollarse, les roban su agua y sus nutrientes, hasta lograr que sus frutos se malogren, la gente que es como la cizaña se dedica a destruir la autoestima de un individuo haciendo uso de insultos y comentarios mal intencionados, a veces dichos comentarios los hacen personas muy creyentes, con el solo fin de sentirse superiores. Al final nadie escapa a las “habladurías”, los que tienen éxito son vistos con recelo por los demás, los que piensan positivamente también son criticados por aquellos que ven la vida de una forma negativa. 

¿Qué clase de persona queremos ser?

A los que tienen dinero se les tiene desconfianza, pues se piensa que han obtenido su fortuna de forma fraudulenta, a las personas sobresalientes se les trata de desprestigiar a toda costa, haciendo uso de chismes y rumores, se les daña en su buen nombre sin consideración alguna. 

Si tú te reconoces como una persona curiosa, que le gusta saber todo de todos, para luego ventanear los defectos de los demás, aprende a callarte, no andes de “correveidile”, no metas la cizaña por andar contando chismes y cuentos exagerados de lo que tú te figuras hacen los demás.  Esos deseos de saber de los demás conviértelos en deseos de conocerte a ti mismo, preocúpate y ocúpate de tu persona, pues en la crítica hacia los demás casi siempre se esconde la amargura de los propios fracasos. Si no quieres sentirte humillado por andar en boca de todos, evita el hablar de tus semejantes, pues de la misma forma que tratas su nombre te expones a ser tratado.

Desarrolla en tu interior la semilla que Dios sembró en ti, se como el trigo, que crece y madura, para convertirse en algo tan útil a los demás como lo es el pan que los sustenta, cuando una persona vive de acuerdo al concepto que tiene de sí mismo se siente satisfecho con su vida, pues no tiene nada que reprocharse, lo que le brinda un bienestar mental, una paz consigo mismo. El conocimiento de uno mismo, de nuestras habilidades y también debilidades, nos hace sentir más seguros de nuestras decisiones. Hay que estar conscientes que el verdadero ser no será perfecto, nada lo es, tendrá sus virtudes y sus defectos, y que nos guste o no debemos aceptarnos tal cual somos para poder vivir en paz con nosotros mismos, sin embargo teniendo un conocimiento de nuestras debilidades podremos enmendar nuestro camino, salirnos de los dimes y diretes en los que nos hemos enredado sin casi darnos cuenta, y seguir así la conducta recta para la que estamos destinados.

¡Vive un día a vez!...Ignite the moment!…Y recuerda que Dios te ama y yo también. 

Mons. Juan Nicolau, Ph.D. STL. Pastor de la iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Es psicoterapeuta familiar y consejero profesional con licencias.