‘Encajar’

De niño, siendo boy scout, me familiaricé mucho con los personajes de El Libro de la Selva, de Rudyard Kipling, ya que, como saben quienes han pertenecido a este movimiento, a los líderes del grupo se les identifica con los nombres de los personajes de este libro. Akela, Baloo, Bagheera y otros. Así que cuando salió la película original de Disney, fue para mí un deleite ver que los personajes tomaban vida, aunque fuera en caricatura.
Hace días mi hija Dianita, a quien de niña le contaba el cuento, le compré el disco, e incluso formó parte del grupo de scouts que dirigí en Tampico (desde ahí le nació lo aventurera), me invitó a ver la nueva versión de ese clásico animado, ahora con un niño de verdad y personajes más reales a quienes se dio vida por computadora. Fue un placer volver a escuchar a Baloo cantar “Busca lo más vital”, y tanto ella como yo, nos remontamos a los años de nuestra infancia (obvio, la mía mucho más lejana que la de ella).
Encontré en esta nueva película una enseñanza que me encantó. Mowgli con frecuencia era regañado por su madre adoptiva por lo que ella llamaba “trucos”. Cosas que Mowgli era capaz de hacer por el hecho de tener manos, y que sus hermanos lobos no podían hacer, por lo que siempre lo amonestaba para que hiciera las cosas a la manera de los lobos y no a la manera humana. Así que el niño tenía que reprimirse de usar sus habilidades naturales para poder “encajar” y ser aceptado en el grupo.
En la parte final de la película, en el enfrentamiento mortal que Mowgli tiene con Shere Khan (el tigre), la manada de lobos hace frente común y se lanzan a pelear con el felino. Mowgli corre detrás de ellos para tratar también de atacarlo y Bagheera lo detiene a la fuerza. El niño trata de zafarse diciéndole: “¡Déjame, quiero pelear con los lobos!”, y Bagheera le responde: “No puedes enfrentarlo como un lobo, no eres un lobo. ¡Enfréntalo como hombre!”. Mowgli reflexiona un momento, entiende el significado de aquellas palabras y entonces, utilizando todas sus habilidades humanas que por tanto tiempo había reprimido, logra derrotar a la fiera tras una cruenta batalla.
La enseñanza que esto me dejó es que a veces tratamos de adaptarnos al entorno, tratamos de “encajar”, hacemos lo que los demás hacen, y reprimimos nuestro ser con tal de lograr la aceptación de quienes nos rodean. Y entonces elegimos una carrera porque es la que nuestros padres querían, o aceptamos permanecer en un trabajo que no nos hace felices, pero con el cual “encajamos” en los estándares sociales. Todo esto tal vez a costa de reprimir nuestros talentos o habilidades naturales.
El siguiente, es el grito desesperado de un joven obligado a “encajar” en su entorno y reprimir su pasión (tomado de un portal en Internet):
“Aquí estoy, sentado en silencio en mi habitación, incapaz de dormir. Son las tres de la mañana y se supone que me encuentro en la época de mi vida que tiene que transformarme para siempre. En unas semanas me habré graduado y la universidad parece ser el mayor tema de mi vida ahora mismo…y lo odio. No es que no quiera ir a la universidad, es solo que acaricio la idea de hacer otras cosas que no repriman mis ideas.
Me duele que cada vez que digo que quiero ser artista (pintor), lo único que recibo a cambio son risas o caras serias. ¿Por qué uno no puede hacer aquello que le apasiona? ¿Acaso la felicidad está en una mansión, una televisión de pantalla gigante, mirar pasar rollos de papel llenos de números mientras te encoges de miedo cuando el Standard & Poors’s baja un punto? Apuesto que si Pablo Picasso hubiese entregado una de sus obras a su vieja profesora de arte, esta habría puesto el grito en el cielo y le habría suspendido, así que sólo espero que en el futuro se valore un poco más esa cosa menospreciada llamada creatividad”.
De todo corazón, te deseo que puedas dejar atrás esa nociva costumbre de tratar de “encajar”, pues los mayores cambios para mejorar este mundo, fueron iniciados por personas que para nada “encajaban” en el sistema. De todo corazón, te invito a SER lo que estás llamado a ser. A conocer y utilizar a fondo tus talentos y habilidades naturales, porque sólo de esa manera, al igual que Mowgli en la película, podrás librar felizmente las batallas de tu vida y salir airoso.
jesus_tarrega@yahoo.com.mx
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