Del abogado Amigo

En septiembre de 2017 escribí una columna que titulé: “La Estafa Maestra”.

En ella, hablé sobre los -se presumía-, más de 7 mil millones de pesos que habían sido desviados en el sexenio del presidente Peña Nieto a través de una sofisticada red de corrupción, de acuerdo al reportaje de Animal Político y la colaboración del organismo ciudadano Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad.

Dije ahí que era indignante, además de repugnante, que la Secretaría de Desarrollo Social y Universidades Públicas fueran las protagonistas del atraco administrativo, cuando su esencia era, y es, combatir las dos pobrezas de México, la alimentaria y la educativa.

Y hay que decirlo, aunque está lejos de acabarse la corrupción en México, contrario a lo que sostiene el presidente López Obrador, lo cierto es que de mucho agrado resulta como ciudadano ver que personas como la exsecretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, implicada directa del caso “Estafa Maestra”, esté siendo investigada por la Fiscalía General de la República. 

Ahora resta esperar con paciencia que no se trate solamente de show mediático, y que efectivamente tras un proceso eficaz y sobre todo apegado a la legalidad, se desvanezca el principio de presunción de inocencia que opera -guste o no- en favor de la exfuncionaria.

Dice Rafael Rodríguez, director de la Revista Proceso, que en la estrategia de la Fiscalía General de la República, la acusación contra Rosario Robles es sólo un paso en la ruta judicial hacia Peña Nieto. ¿Será? 

El presidente López Obrador ha sostenido siempre discursivamente que de los negocios grandes de corrupción siempre sabía y autorizaba el presidente en turno...

Veremos, con el tiempo, qué sucede. Por lo pronto, más allá de que se esté o no de acuerdo con AMLO y lo que representa, ojalá quedase un precedente histórico en materia de combate a la impunidad, y lo más importante, que no se comience a escribir en su gobierno otra “Estafa Maestra”. ¿Será? ¿O es el cuento de nunca acabar?