buscar noticiasbuscar noticias

Mimetismo político en el Estado de México

El jueves 20 por la tarde, Alejandra del Moral Vela fue destapada como la candidata del PRI a la gubernatura del Estado de México

Ciudad de México

Delfina Gómez.Mimetismo político en el Estado de México

La tarde del jueves 20, la Casa de Gobierno en residencial Colón registró el arribo de caravanas, cuyos tripulantes, aspirantes a la candidatura al gobierno del Estado de México, además del respectivo séquito, asistieron a un acto de primera importancia para la política mexiquense: el destape.

El encuentro tuvo el propósito de “explicar” varias encuestas con las casas demoscópicas más grandes y acreditadas, que en todos los casos daban la ventaja holgada a la secretaria de Desarrollo Social en el estado, Alejandra del Moral Vela. Si bien hubo gestos de incomodidad y algunos cuestionamientos, la disciplina fue casi unánime.

Apenas terminada la reunión, salieron hacia la sede priista local, donde una conferencia de prensa sería “destape” público, con Del Moral proclamada coordinadora del Comité de Defensa del Estado de México, una figura análoga a la que ostenta Delfina Gómez, virtual candidata de Morena a la gobernatura en esa entidad y quien, por ahora, es favorita en todos los estudios de opinión.

El Estado de México es sede del priismo más tradicional, donde Atlacomulco invoca más que un municipio a un grupo de poder que durante décadas se sostuvo mediante relaciones políticas y matrimoniales al estilo feudal, que aún conserva el estado más populoso del país con un gobernador cuyo nombre es la tercera vez que arriba al poder en tres generaciones.

El partido en el poder federal, Morena, designó desde agosto a Delfina Gómez, como su coordinadora del Comité de Defensa de la 4T. Integrante del llamado Grupo Texcoco, como lo son también los otros dos aspirantes, Higinio Martínez y Horacio Duarte, a quienes las encuestas no favorecieron para dicho comité, que es en realidad una figura de ese partido que sirve para evadir los tiempos de precampaña previstos en la ley, ahora emulada por los priistas con casi tres meses de diferencia.

imagen-cuerpo

  • Alejandra del Moral.

YA SE HABÍA CONVERSADO

Para hacerlo, desde una semana antes del destape de Del Moral, el gobernador Alfredo del Mazo y el dirigente del PRI estatal, Eric Sevilla, habían conversado individualmente con las aspirantes a sucederlo: las diputadas federales Ana Lilia Herrera Anzaldo y Laura Barrera Fortoul, su homólogo Ricardo Aguilar, así como Elías Rescala, quien es líder de la bancada priísta local.

Los encuentros previos –de acuerdo con dirigentes del PRI consultados–versaron sobre la elección de 2023 y su importancia para 2024, la necesidad de construir unidad en torno a la o el mejor posicionado como única alternativa para conservar el poder en el Estado de México. También, sobre la necesidad de superar la fractura de la coalición “Va por México” a nivel local, para lo que era necesario encontrar los acercamientos con los liderzagos del PAN y del PRD.

Así, en entrevistas y conversaciones, todos los aspirantes declaraban su disciplina al jefe político en turno, es decir, el gobernador Del Mazo. De hecho, entrevistadas por Proceso por separado, tanto Ana Lilia Herrera (el martes 4 de octubre) como Laura Barrera (el lunes 17), fueron reticentes hasta para declarar el método de selección de su preferencia y ambas coincidían en convocar a la coalición como única fórmula de triunfo frente a una rival aventajada y un partido, Morena, que ya arrasó en 21 entidades federativas.

LA COALICIÓN, EL ARGUMENTO

Malinalco, uno de los suburbios predilectos para el descanso y recreo de la élite mexiquense –buen clima, cerca de Toluca, pletórico de capillas y lugares de recreo–, fue escenario para una fiesta de dos días, el 29 y el 30 de julio, en la que Alejandra del Moral contrajo nupcias con el diputado Mariano González Aguirre (hijo del exgobernador de Tlaxcala, Mariano González Zarur), bautizó a sus gemelos y, políticamente, enseñó el músculo.

La concurrencia estuvo nutrida, por supuesto, por la plana mayor del PRI mexiquense, empezando por el gobernador Del Mazo; asistieron la secretaria general del nacional, recién derrotada en Hidalgo, Carolina Viggiano y su marido, el líder cameral Rubén Moreira; también el líder estatal, Éric Sevilla Montes de Oca, pero también el del PAN, Anuar Azar. Inclusive Ana Lilia Herrera Anzaldo y Laura Barrera Fortoul, las oponentes internas de Del Moral.

La relación con Anuar Azar era conocida desde que el año pasado, siendo Del Moral líder del PRI, trabajaron en la coalición que revirtió ligeramente la ventaja de Morena, sin embargo, los principales liderazgos del panismo mexiquense se apersonaron, como en el caso de la alcaldesa de Izcalli, Karla Fiesco, así como de liderazgos del PRD.

La boda y bautizo dieron la idea de que los amarres de coalición estaban sólidos, hasta 10 días después, cuando el panista Enrique Vargas del Villar, exalcalde de Huixquilucan, convocó a la cúpula panista nacional para anunciar su candidatura. El evento fue sintomático de un primer escollo en la coalición Va por México, que terminaría de fracturarse 20 días después, cuando el PRI presentó en la Cámara de Diputados, el 2 de septiembre, una iniciativa para extender la intervención del Ejército en tareas de seguridad.

Para el 3 de septiembre, el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, dio un anticipo de la ruptura “temporal” que se oficializó dos días después. El tono de Cortés, junto con el del líder perredista Jesús Zambrano, fue subiendo contra el priista Alejandro Moreno Cárdenas, hasta el punto de invalidar a este último como interlocutor por pérdida de confianza.

En el contexto de las definiciones sobre ir o no ir en coalición en 2023, en el Estado de México y Coahuila, las únicas dos entidades que tendrán elección de gobernador y que aún son gobernadas por el PRI, la operación del gobernador Del Mazo se concentró en lo local, bajo la divisa de superar la “desconfianza” de panistas y perredistas.

De acuerdo con los involucrados en las negociaciones, la clave fue ponerlo por escrito con fuerza de ley. A toda prisa, PRI, PAN y PRD diseñaron una ley que reglamentara las coaliciones electorales para que éstas no fueran sólo electorales sino también de ejercicio de gobierno. Con el voto de esas bancadas y la oposición de Morena, el acuerdo quedó sellado el 29 de septiembre.

Del Moral se involucró directamente en las negociaciones con el panista Anuar Azar y con el perredista Agustín Barrera Soriano. De hecho, la participación del PRD ocurrió de última hora, pues en ese partido subsistía un conflicto por la dirigencia estatal que fue resuelto apenas dos días antes de la votación de la ley de coaliciones.



DEJA TU COMENTARIO
PUBLICIDAD

PUBLICIDAD