Los franceses en el noreste, 1864
Cronista Municipal de Reynosa
El 10 de abril de 1844, el Archiduque Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota fueron coronado Emperadores de México, en la Catedral de la capital del país. El norte de México permanecía dominado por el gobierno Constitucional de Juárez. Para junio la línea franco-mexicana avanzaba hacia el norte bajo el mando del Mariscal François Achille Bazaine, formada por las divisiones al mando de Tomas Mejía y de Armand Alexandre de Castagny. Esta última división tenía su cuartel en Querétaro.
La primera división llegaba a Zacatecas donde se encontraba la brigada L'Heriller, con puestos avanzados en Fresnillos, donde confrontaba a las divisiones juaristas de Potoni y de González Ortega. La brigada Aymard se encontraba en San Luis Potosí con una vanguardia en el Venado.
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El mando de la división de Mejía ya había llegado a Tula, Tamaulipas; ésta cubrirá Río Verde y Valle del Maíz en San Luis Potosí. La brigada López viajaba por el altiplano por Matehuala, Real del Catorce y Cedral. La contraguerrilla del temible Charles Dupin se encontraba en Tampico. En el noreste esta división confrontada a la división juarista al mando de Miguel Negrete Novoa, entonces Ministro de Guerra del itinerante gobierno de Juárez, y por las guerrillas de Tamaulipas.
Segú el plan del Mariscal Bazaine las tropas francesas avanzarían en rutas paralelas hacia el norte. La brigada L’Heriller avanzaría sobre Durango mientras que la división de Castagny por San Luis Potosí a Saltillo. La división de Mejía iría por Victoria y Linares para alcanzar ya sea Monterrey o Matamoros. En medio la columna de Mejía y Castagny marchaba la columna de López por Galeana manteniendo la comunicación entre las dos divisiones. La contraguerrilla de Dupin iría a Victoria y luego giraría hacia San Fernando, teniendo contacto con las embarcaciones que llegarían a la desembocadura del río Bravo.
El preludio en el noreste
El Presidente Juárez llevó su gobierno en dos ocasiones a Monterrey, en febrero y después entre abril y agosto de 1884. En junio y julio, ahí nacieron su último hijo José Antonio, quien fallecería poco después en el exilio en Nueva York, y también nació su nieta Juana María Dolores. Separándose en Monterrey, su esposa Margarita Maza de Juárez y sus hijos se embarcarían en Brazos Santiago, al sur de la actual Isla del Padre en Texas, hacia Nueva Orleans y Nueva York. La prensa en esos días indicaba que la familia del mandatario había salido de la ciudad de Matamoros, junto con otras familias republicanas; se creía que Juárez había abandonado la ciudad de Monterrey para entonces.
Fue a las 3 de la tarde del 15 de agosto de ese año, que Juárez decido viajar hacia el norte sin su familia, pasando por Santa Catarina, Santa María, donde se le unieron 1,500 hombres que estaba en Saltillo al mando del General Jesús González Ortega. Siguiendo el Camino hacia Monclova, en el Anhelo, decidió virar hacia Parras en su viaje por la Laguna, Chihuahua y El Paso.
Entretanto en las operaciones de los franceses, el General Castagny salió de San Luis Potosí con una columna de 3,500 hombres el 29 de julio de 1884. Éste sería el ejército francés que ocupó Saltillo el 20 de agosto. Días después bajaron a la ciudad de Monterrey, donde llegó el General Castagny el 26 de agosto y esperó a que la división Mejía estuviera en la misma latitud.
La división de Tomás Mejía se movía con lentitud desde el 5 de agosto habiendo partido de Tula, debido a lo dificultoso del camino. En el trayecto hacia Victoria se le murieron 38 soldados y 45 animales, arribando en este sitio hasta el día 14. Sus tropas no pudieron marchar hasta el 28 de ese mes de agosto.
El General Mejía no se le emparejo a la división de Castagny hasta el 8 de septiembre de 1884, cuando arribó a Cadereyta en Nuevo León. Sus tropas venían exhaustas debido a las lluvias, por lo que se habían quedado atascadas en el camino. Fue tan solo una pequeña columna la que sacó Mejía para continuar hacia Matamoros. Castagny permaneció en Monterrey en caso que fuese necesario auxiliarlo.
Hacia Matamoros
En ese verano de 1864, Juan Nepomuceno Cortina había participado en diferentes escaramuzas en los alrededores de Victoria que tuvieron con la contraguerrilla de Dupin, pero había decido regresar a Matamoros. Desde el 18 de junio, Cortina le escribía al general unionista en el puerto Brazos Santiago (Texas) sobre el rápido avance de las tropas Imperialistas hacia Victoria y su eminente llegada a Bagdad. Cortina le pedía el apoyo en caso que necesitara.
Estando todavía en San Fernando el 22 de junio, los franceses desembarcaron 400 marinos en la boca del río Bravo, tomando el antiguo puerto de Bagdad. Curiosamente el poblado llevaba el nombre de Cortina, el entonces gobernador del distrito norte de Tamaulipas. Estos venían en los buques Le Darien, Le Colbert, La Drome y La Bellone. En este último barco venia el Almirante Bosse.
En ese momento las tropas Confederadas se encontraban acantonadas en el poblado de Brownsville al mando del Coronel John S. “Rip” Ford, mientras que el ejército unionista en Brazos Santiago se encontraba en Brazos Santiago, al mando del Coronel Henry Martyn Day. Ambos bandos enviaron emisarios a ver a los franceses, para definir la posición que tenían ante la lucha del país vecino. Sobre todo, conocer el interés que tenían con la administración y el comercio del algodón.
Juan Nepomuceno Cortina pronto se vio acorralado en todas direcciones; no tenía forma de comunicarse con los republicanos juaristas o anhelar a tener algún respaldo militar. La contraguerrilla se aproximaba a San Fernando. El general Tomás Mejía avanzaba más lentamente desde Cadereyta. Trato de mantener su posición en el río San Fernando con su artillería, pero muy fácil fue flanqueado por ambos lados. Abandonando sus esfuerzos se retiró a Matamoros.
En frente, al cruzar el río, tenía a sus enemigos los confederados, mientras que los franceses empezaron a tomar las posiciones entre Matamoros y la desembocadura del río. La Brigada Cortina contaba con 1,500 hombres bien armados y 20 cañones. Pero la solución que tomaría sorprendería a todos.
En el próximo artículo contaremos sobre la salida que le dio el General Cortina a su situación en Matamoros. Sobre todo, el efecto que tuvo en las Villas del Norte como Camargo y Reynosa.
El General de División del Imperio, Tomas Mejía.