Reciben en parroquia indulgencia plenaria

Como parte de un acto histórico que sólo ocurre una vez cada 50 años, la iglesia San Judas Tadeo, de la colonia La Cañada, en Reynosa, recibió la indulgencia plenaria a través del mandato de la cancillería apostólica del Vaticano;  eso le permite a los fieles católicos recibir la liberación total de sus culpas cuando soliciten una confesión.

Lo que se obtiene con esta indulgencia plenaria es el perdón de todas las culpas, ya que cuando nos confesamos se perdonan por así decirlo, los pecados, pero quedan las consecuencias, por ello en la indulgencia plenaria se liberan, pero se fomenta a que se practiquen hábitos de bien.¨ Luis Humberto Ríos Cano, párroco y fraile

De acuerdo con Luis Humberto Ríos Cano, párroco y fraile de la iglesia, en la indulgencia no hay distinciones.

“Invitamos a la comunidad para que se acerque a la parroquia y que reflexione acerca de lo que ha hecho, que con ello disfrute de las gracias de Dios“, dijo.

“Lo que se obtiene con esta indulgencia plenaria es el perdón de todas las culpas, ya que cuando nos confesamos se perdonan, por así decirlo, los pecados, pero quedan las consecuencias; por ello, en la indulgencia plenaria se liberan, pero se fomenta a que se practiquen hábitos de bien”.

La indulgencia plenaria es una forma de obtener una liberación de culpa ante pecados, incluyendo los graves. 

Esta iglesia recibe anualmente a cientos de fieles en el marco de la celebración a San Judas Tadeo, y en este año se agregan los festejos de que hace 40 años regresaron los frailes, además de la edificación de la parroquia.

“Gracias a Dios la respuesta de los ciudadanos que hemos tenido es muy positiva; la gente se ha acercado a confesarse, porque quieren estar con Dios. En los domingos es cuando más gente viene, pero hemos visto que entre semana más fieles están llegando“.

La indulgencia plenaria se practica desde el 28 de julio, y estará vigente hasta el 23 de octubre.

“Esto sucede una vez cada 50 años en toda la iglesia, en todas las catedrales, y Reynosa se eligió por el festejo de la edificación de la parroquia, aunado a que es una ciudad lastimada, herida. Tantas cosas que no se dicen, pero que llevamos cargando; entonces necesitamos la misericordia de Dios”.