Fallan trilladoras, no pasan prueba. Unidades de la ‘tercera edad’

Camiones y algunas máquinas trilladoras en la región, no pasaron “la prueba del añejo”, pues quedaron varadas en diversos puntos, al sufrir algún desperfecto.

Y cómo resultaría más caro llevar al mecánico al lugar en donde quedaron tirados, esos implementos agrícolas de la “tercera edad”, para el agricultor resulta más económico tirarlo y arrastrarlo hasta los talleres, para que los expertos en la material los metan mano, y les den un poco de aliento, para que continúen una aventura más en la temporada de cosechas que está por ponerse en marcha.

En los últimos días, ha sido común observar camiones o tráileres de todas las edades, circular por la carretera ribereña o caminos vecinales, lo mismo que vetustas máquinas trilladoras, que de alguna manera son sometidas a prueba, para corroborar que estén en condiciones para ser utilizadas en la recolección y entrega de granos.

Algunas, si han demostrado estar listas para una temporada más, a pesar de tener 35, 40 años, incluso más, de antigüedad, y que sólo son revividas sólo unas semanas al año, mientras duran las cosechas.

Muchos camiones, son tan antiguos, que además de tener una cabina muy diferente y deteriorada por el paso del tiempo, no tienen capacidad más que para transportar unas 14 o 15 toneladas, que para la época en que fueron creados, eran volúmenes importantes, pero no ahora, cuando hay camiones que cargan más del doble, y tráileres que cargan casi el triple de granos.

Aún así, hay productores que aún confían y utilizan sus unidades antiguas, porque no tienen otras, y consideran que con ellas pueden seguir trabajando en vez solicitar el servicio de maquila a otros agricultores que tienen maquinaria más moderna y efectiva.

El problema, es que en ocasiones, los camiones se quedan varados a media carretera cuando van cargados, y eso representa un peligro no sólo para los conductores de esas unidades “de colección”, sino para el resto de los usuarios de la carretera ribereña.

Ya se han tenido experiencias lamentables en años anteriores, cuando automóviles se impactan contra la parte trasera de los camiones, porque se quedaron parados en medio de cinta asfáltica.

Otro problema que se padece con algunos camiones “ancianitos”, ,es que en muchas ocasiones no tienen luces en la parte trasera o en ningún foco, representan un serio peligro, cuando circulan de noche y el resto de los conductores no los pueden ver, hasta que ya están a muy corta distancia.

Sin embargo, pese a todos los riesgos antes citados, la maquinaria vetusta que sólo opera unas semanas, al año, siguen siendo de gran utilidad para los agricultores que las conservan.

En muchos momentos, los camiones que sucumben a media faena, llegan a los centros de acopio, tirados por tractores, y son reparados mientras esperan su turno para ser descargados.

Situaciones similares ocurren con las máquinas trilladoras, que a veces no alcanzan a llegar a la parcela, cuando sufren un desperfecto, pero que ya forman parte del folklore agrícola de la comarca ribereña.

SUCUMBEN. En ocasiones, los camiones o maquinaria antigua, necesitan de “una manita”, para llegar a los talleres, ranchos o centros de acopio.