Cuba y Estados Unidos en Toronto
Los eternos contrincantes se verán las caras en los Panamericanos
Eternos rivales en el deporte, Cuba y Estados Unidos se citan en los Juegos Panamericanos en un momento en el que ambos países están por reanudar relaciones diplomáticas tras cinco décadas de distanciamiento político.
¿Tendrá impacto la mejoría de las relaciones bilaterales de las naciones geográficamente vecinas en los Juegos de Toronto? Los jefes de las delegaciones de ambos países en las justas coincidieron ayer miércoles que la política y el deporte no deben mezclarse.
“En el deporte seguimos igual”, señaló Antonio Becali, el presidente Instituto Nacional del Deporte de Cuba. “Nuestros atletas vienen enfocados a competir como siempre lo han hecho y no tienen nada que ver con las relaciones que hoy se están interesando entre Cuba y Estados Unidos”.
Alan Ashley, el director de rendimiento deportivo de Estados Unidos que funge como jefe de misión, consideró como “positivo” el giro de la relación diplomática pero que se trata de algo “ajeno al deporte”.
“Competir contra Cuba siempre ha sido motivo de orgullo para nuestros atletas”, señaló Ashley. “Hemos hechos muchas cosas para que siempre los protagonistas sean los atletas, el deporte y confraternizar en la competencia. Nada de eso ha cambiado y seguiremos fomentándolo”.
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En cuanto al deporte, los dos países son los eternos dominadores en la cita panamericana.
Con un contingente que oscila en los 460 atletas, Cuba no quiere perder su habitual segundo lugar en el cuadro de medallas, que ha ocupado desde Cali 1971. La excepción fue cuando le tocó ser anfitriona en La Habana 1991 y desplazó a Estados Unidos de la cima.
Pero los cubanos afrontarán dos amenazas: la condición de local de Canadá —por ende con la delegación más numerosa— y el empuje de Brasil en su andamiaje deportivo con miras a los Juegos Olímpicos de Río el año próximo.