Cuando reciclar es la mejor opción en regreso a clases
Una familia promedio en Reynosa no puede solventar todos los gastos que representa el inicio de un nuevo ciclo escolar
Reynosa, Tam.- Con tres hijos y un sueldo de mil 700 pesos a la semana, el hogar de la familia Díaz Ríos no está para darse lujos.
Sarahí Ríos y su esposo Vladimir Díaz, son obreros en una maquiladora. Ella gana 900 y él apenas 800 pesos que destinan a comida, pago de servicios, transporte y si bien les va, a la adquisición de útiles escolares para sus hijos.
“Solamente un año hemos comprado uniformes nuevos. Cuando Ismael, mi hijo mayor, entró a la primaria y de ahí los demás han usado ropa que nos hace una señora a un precio muy económico”, comenta Sarahí.
Más de la sección
Asegura que una de sus más grandes preocupaciones cuando inicia un ciclo escolar, son los zapatos que usarán sus hijos.
“En eso no hay ahorro porque tenemos que comprarles nuevos, zapatos de color negro y tenis blancos. Lo que hacemos es que antes de que inicien las clases vamos comprando un par por semana”.
Aunque si los zapatos de algunos de sus hijos aún están en buenas condiciones, una boleada los dejará aptos para que los sigan usando.
“Lo que más se salva son los zapatos, porque los llevan dos veces a la semana y a veces cuando acaban las clases, aún están buenos y los siguen usando cuando entran otra vez a clases, con eso nos ahorramos un buen dinero”, comenta.
La ropa para la familia asegura, es un tema que ya no les causa dolor de cabeza.
“Lo que pasa es que en un tianguis puedes encontrar muy buena ropa. Por ejemplo, en una tienda grande un pantalón de mezclilla para los niños me puede costar hasta 200 pesos y en el tianguis los consigo en 20 pesos”.
Con el dinero que adquiere una prenda en un centro comercial asegura, puede adquirir hasta tres cambios completos para sus hijos.
“En lo que no podemos ahorrar es en el pago de servicios, en la comida y en el transporte, porque a diario mi esposo y yo tomamos dos peseras cada quien para ir al trabajo y cuando los niños van a la escuela gastamos más”.
Destaca que actualmente existen opciones para ahorrarse unos cuantos pesos al adquirir ropa usada, uniformes hechos por una costurera y hasta juguetes de segunda mano.
Ponen ‘candados’ a elaboración de uniformes
Los “candados” que las escuelas ponen a los uniformes impide que una costurera pueda elaborar a bajo costo esta ropa para los alumnos.
Al menos así lo define María Antonia Romero, quien desde hace poco más de 10 años se dedica a coser prendas de vestir.
“Con los uniformes ya es más difícil porque piden telas y colores especiales. Además, llevan bordados que no manejamos y que no podemos ponerles, por eso ya casi no hacemos uniformes”.
Comenta que las escuelas últimamente piden que los uniformes sean comprados en lugares específicos porque es parte de sus ganancias.
“Les dicen a los papás dónde comprarlos. Ahí ya los tienen hechos por tallas y a la hora que vayan los compran. Por eso es que la gente ya no nos busca para hacer uniformes, a menos que sean cosas sencillas como arreglarles un ziper, coser una bastilla o algo que se les rompió”.