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Acusan que Conacyt miente sobre becas en embarazo

Mientras realizaba una maestría en periodismo y políticas públicas, dos cosas cambiaron drásticamente la situación de Ana Gabriela Jiménez Cubría: salir de un empleo en el que a partir de la pandemia habían dejado de pagarle, y enterarse de que sería madre de unos gemelos

Embarazada y con dos hijos en un futuro cercano, la periodista y publirrelacionista tuvo la fortuna de contar con el apoyo de sus maestras y maestros, de coordinadores y de sus compañeros en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Además de algo que resultó fundamental.

Acusan que Conacyt miente sobre becas en embarazo

 El que ella, al igual que muchas otras mujeres en años anteriores, tuviera la oportunidad de concluir sus estudios con el apoyo constante de la beca permite ilustrar que hasta el día de hoy el embarazo no ha sido causal de suspensión del estímulo, como Conacyt y el Gobierno federal han querido hacer creer.

 "Nunca existió tal disposición, nunca; no estaba en el reglamento de becas. Están mintiendo abiertamente", confirmó a Grupo REFORMA personal de administraciones anteriores de Conacyt, solicitando anonimato ante la amenaza de persecución judicial, como la emprendida contra varias figuras durante la gestión actual.

 "No, el reglamento anterior no decía nada sobre embarazos, eso es creatividad de María Elena Álvarez-Buylla (actual directora de Conacyt)", remarcaron sobre la medida, calificada por distintas figuras e instancias como discriminatoria y en detrimento de los derechos humanos y la igualdad de género.

 En días recientes, la dependencia que dirige Álvarez-Buylla intentó escudarse diciendo que la suspensión de la beca tanto por embarazo, parto o puerperio, como por participar en manifestaciones políticas en el extranjero, "son disposiciones que han estado contempladas en los reglamentos de becas del Consejo, al menos desde 2008".

 Ambas medidas aparecen expresamente en el anteproyecto denominado "Reglamento de becas para el Fortalecimiento de la Comunidad de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación", subido por Conacyt a la plataforma de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) el 21 de enero pasado, con intención de abrogar los lineamientos actuales.

 Sin embargo, al menos en lo que respecta al embarazo, basta con revisar la redacción del anterior Reglamento de Becas del Programa de Fomento, Formación y Consolidación de Capital Humano de Alto Nivel, que data de 2018, para constatar la inexistencia de una cláusula de tal naturaleza.

 En otros documentos emitidos por la dependencia, como las Reglas de Operación del Programa de Becas de Posgrado y Apoyos a la Calidad, o el Apoyo a Madres mexicanas Jefas de Familia, tampoco figura nada referente a que estar embarazada constituya una causal de suspensión del estímulo.

 A pesar de esto, la encargada de la sección "Quién es quién en las mentiras", Elizabeth García Vilchis, hizo eco de la falsa justificación de Conacyt el miércoles 2 de febrero al comentar durante la conferencia matutina del Presidente Andrés Manuel López Obrador que "esas medidas fueron aprobadas en el Reglamento de Becas de Conacyt, en febrero de 2008, cuando gobernaba el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa".

 Pero, de nuevo, al dar un vistazo a tal Reglamento de Becas, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 10 de septiembre de 2008 y modificado en octubre de 2009, no es posible encontrar nada en relación a que una becaria pueda ver suspendido su apoyo en caso de embarazarse.

 "La verdad, sería absurdo quitarles la oportunidad a las mujeres de que, si se embarazan, puedan continuar (con su formación)", opinó vía telefónica la antropóloga social Mercedes González de la Rocha, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).

 "Esas interrupciones hacen que las mujeres después no retomen", añadió. "La doctora Álvarez-Buylla debería de reconocerlo, porque ella también es madre, y ella también ha visto a muchas mujeres quedarse en el proceso".

 Además de lo que González de la Rocha ha atestiguado con sus alumnas, ella misma tuvo a su primer hijo, Diego, mientras realizaba su doctorado a inicios de los 80, sin que ello mermara su capacidad.

 Pese a que su director de tesis, al enterarse de su embarazo, le escribió una carta expresando que bajaba sus expectativas de que realizara una investigación de excelencia, ella no sólo obtuvo el grado en tiempo y forma en Manchester, sino que su trabajo eventualmente le granjeó el premio Miguel Othón de Mendizábal a la Mejor Investigación.

 "El estar embarazada y el tener a una criatura, el dar a luz, el parir a un niño y después cuidarlo, no es sinónimo de lobotomía. O sea, no nos quitan el cerebro, podemos continuar perfectamente bien. Claro, con un mayor esfuerzo, por supuesto", dijo, y al igual que Jiménez Cubría subrayó: "Yo no hubiera podido hacer mi maestría y mi doctorado sin las becas de Conacyt".

 "Las mujeres, y las mujeres embarazadas, no son personas enfermas ni discapacitadas. Son personas completas, capaces, funcionales y con el potencial de cumplir metas, ganar dinero, aportar a la sociedad, sostenerse y cuidar; y tenemos el derecho de ser sostenidas y cuidadas por los demás. Pero en este País cada vez se nos cuida menos", lamentó Jiménez Cubría.



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