Dolor: Peña no cumple…

En el gobierno federal ven la tempestad y no se hincan. El tema es simple, si algún epíteto ha perseguido al presidente Enrique Peña Nieto desde que fue  gobernador y luego candidato, es que no cumple sus compromisos. Así empezamos el mes de febrero, cortesía de un recorte que Hacienda realiza por 124 mil millones de pesos. 

Al hacerlo cancela, el tren transpeninsular a Quintana Roo y de manera "indefinida" el del tren México-Querétaro. Peña no cumple y si endosa la tragedia económica a los factores internacionales relacionados con las crisis de Estados Unidos y Europa o a los vaivenes del petróleo, lo van atajar por la improductividad interna de 2013. El peor inicio de sexenio en 24 años. 

El pueblo puede no tener memoria pero el sector privado nacional por supuesto que se las cuenta todas. Y no obstante, si algo se le puede reprochar a Peña no es el tema financiero, si no la falta de resultados contundentes en materia de seguridad. Aunado a la impericia en la operación política. La interna en el PRI que lo llevó al poder y la externa en su relación con todos los partidos que le han dicho de todo, sin meter las manos. 

La mano dura prometida es una grenetina de sabores y en el tema específico de pacificar al norte, sencillamente la cobija no alcanza. Si esto sucede es porque los infiernitos de Guerrero, Oaxaca y Michoacán son  territorios de nadie.

Recortar retóricamente es bueno, pero quien para la sensación de que "nos salió vana la nuez". Quién ajusta las tuercas, quién les dice dónde están los pozos que hay que tapar.   

Así, "y en calidad de mientras", se queda como sello nacional el compromiso formal de edificar el Aeropuerto Internacional nacional. Por vagos conocemos muchos, incluido el de Beijing y pues al menos ese será el ícono del progreso y negocio. Mientras que terrible que le vaya mal a Peña, al país y de paso peor a los mexicanos.  

¿Culpables los ciudadanos por votar? No creo, ellos creyeron en una expectativa alta que hoy se derrumba y si como se sabe las escaleras se barren de arriba para abajo, es el ejecutivo nacional quien debe cargar con la culpa mayor. 

No hace ajustes correctos en lo político, y si hasta en los partidos los entrenadores y dueños de los equipos hacen cambios de sus estrellas, él por qué no. El amor y la sociedad debe ser fuerte como para que sigan los mismos con lo mismo.

Es más, cuando estalló el caso Higa, entendimos que Juan Armando Hinojosa es el que menor culpa tiene de todos. Su empresa es portadora de una circunstancia de beneficios, pero no es responsable de la pésima operación política de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y menos de la Secretaría de Gobernación. 

En fin que al tiempo…  

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