Volar es lo máximo para mucha gente
El Robinson R-22 es la nave más pequeña en el mercado, Dragonfly Aviation of Laredo, ofrece cursos de pilotaje, a todo interesado se le instruye primero que nada, en esta nave
Laredo, Tx.- Medio mundo quisiera pilotear una pequeña burbuja con hélices, donde dos personas van encapsuladas en una “libélula metálica” la que alcanza hasta 9 mil pies y puede desplazarse a 80 millas por hora, viéndolo todo alrededor, debe ser la adrenalina pura.
El Robinson R-22 es la nave más pequeña en el mercado, Dragonfly Aviation of Laredo, ofrece cursos de pilotaje, a todo interesado se le instruye primero que nada, en esta nave.
“El curso es de 40 horas en tierra y 40 en aire”, dijo el joven William Adsitt, piloto aviador e instructor, quien dijo que es hora y punto que cada vuelo es una emoción para él.
Esta compañía hizo posible el sueño de dos niños de Nuevo Laredo con enfermedades graves, paseándolos por la ciudad de Laredo, Texas, ofreciéndose a tan altruista gesto.
Dragonfly, además de ofrecer instrucción de pilotaje de aeronaves, brinda sus servicios de monitoreo, recorridos y observación, a ranchos ganaderos (búsqueda de ganado, conteo de animales, ubicar depredadores), también trabajan para la industria del petróleo, sirve como taxi aéreo, paseo recreativo, búsqueda de personas.
Más de la sección
“No hemos tenido problemas con bolsas de aire, tomamos muchas precauciones, son naves seguras, ésta la R-22 llama mucho la atención por pequeña, volamos altitudes de alta densidad en zonas montañosas, son naves seguras, cómodas, tenemos una gran variedad de clientes, gente que gusta de vuelos suaves, hay viajes de placer, de trabajo, como por el Hill Country de Texas, el golfo, zonas petroleras, ranchos, vida silvestre, granjeros, posibles inversionistas en tierras”, dijo el joven Adsitt.
Seguimos líneas de petróleo, revisando los tendidos, buscamos ejemplares de venados cola blanca, animales exóticos, hay una gran versatilidad de usos para estas naves, la Robinson R-22 y la R-44, dijo el entusiasta piloto de helicóptero, quien se divirtió paseando a Raulito Eduardo Hernández Mota, de 4 años de edad y a Sarita Aidé Castillo Hernández, pequeña de 10.
William Adsitt altruistamente paseó a dos chicos mexicanos con enfermedades graves, en su mini helicóptero Robinson R-22.
Dragonfly, además de ofrecer instrucción de pilotaje de aeronaves, brinda sus servicios de monitoreo, recorridos y observación, a ranchos ganaderos
Una gran emoción es volar en helicóptero, pero más lo es, el pilotear una de estas “libélulas”.