Visita del Papa podría sacudir y empujar el debate migratorio en EUA
“Les pido que no olviden que, al igual que los que llegaron aquí antes, ustedes traen muchos dones a su nueva nación. No se avergüencen nunca de sus tradiciones”, dijo el Papa a los miembros de la "gran población hispana"
Filadelfia.- Líderes hispanos, comunitarios e inmigrantes coincidieron en que la visita del Papa Francisco podría ser un parteaguas para sacudir el debate nacional migratorio y empujarlo en la dirección de reformas, aunque no de manera inmediata.
“El impacto de la visita del Papa Francisco es cambiar el clima de este debate tan venenoso que se está viendo en este país hoy”, sostuvo uno de los líderes históricos del movimiento por los derechos de los trabajadores y de los migrantes, Eliseo Medina.
En opinión de Medina, quien encabezó una jornada de plegarias con motivo de la visita papal, si Francisco logra conmover el corazón de la población estadunidense, el Congreso tendrá que aprobar una reforma migratoria “tarde o temprano”.
Siete de cada 10 católicos estadunidenses apoyan legalizar a más de 11 millones de indocumentados, una proporción de apoyo similar al del resto de la población. A pesar de ese nivel de respaldo, el Congreso no ha aprobado una reforma migratoria desde 1996.
Ayer Francisco habló aquí a la nación desde el epicentro del nacimiento de Estados Unidos e hizo un llamado a los inmigrantes, en particular a los miembros de la “gran población hispana”, a no avergonzarse de sus raíces y a no desanimarse ante los retos.
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“Les pido que no olviden que, al igual que los que llegaron aquí antes, ustedes traen muchos dones a su nueva nación. No se avergüencen nunca de sus tradiciones”, dijo en español en el Paseo de la Independencia.
Más de 30 de los casi 70 millones de católicos de Estados Unidos son hispanos y la llegada de nuevos inmigrantes latinos, en especial mexicanoamericanos que se han sumado a la iglesia, han compensado por la mudanza de otros grupos raciales o étnicos a otras religiones.
Rosa María, una inmigrante mexicana que peregrinó desde Arizona y caminó más de 100 millas para asistir a las actividades papales, se declaró emocionada de que Francisco se convirtiera en “la voz” de las comunidades inmigrantes de todas las nacionalidades.
“El es un hombre de mucha influencia y muy inteligente, y lo escuchan en el Congreso y en el poder ejecutivo y es nuestra voz para abogar por los inmigrantes, para que no haya más separación de familias e injusticia, no sólo aquí sino en todo el mundo”, dijo a Notimex.
Para la comunidad latina, el momento más emblemático de la empatía de Francisco por los migrantes fue su decisión de detener la caravana papal frente al Obelisco a Washington y acoger en sus brazos a la niña mexicano-americana de padres indígenas, Sophie Cruz.
Sophie, de 5 años, quien habla español, inglés y chinanteco y que se ha convertido para muchos en el nuevo rostro de la lucha por la reforma migratoria, entregó al jerarca católico un carta en la que le pide abogar por todos los indocumentados.
“Papa Francisco te quiero contar que mi corazón está muy triste porque tengo miedo de que el ICE deporte a mis papás… Ellos merecen vivir con dignidad, merecen ser respetados y merecen una reforma migratoria justa”, señaló en su carta.
Expertos coinciden sin embargo que, en el corto plazo, la causa de la reforma migratoria luce incierta a raíz de la renuncia del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner.
Boehner, de religión católica y de posturas moderadas en materia migratoria, buscó convencer sin éxito a su partido de abordar el tema migratorio. Nunca sometió a voto la iniciativa de reforma del Senado, pues en su opinión carecía de los sufragios para su aprobación.
Aunque su probable sucesor, el republicano Kevin McCarthy ha asegurado en el pasado que la reforma migratoria será una realidad, está por verse si podrá convencer a los conservadores en momentos de atención nacional a la postura de línea dura del millonario Donald Trump.
El legislador republicano de Florida, Carlos Curbelo, anticipó que la visita del Papa a Estados Unidos generará una nueva actitud hacia los inmigrantes.
“El inmigrante indocumentado se ha convertido en el chivo expiatorio, en el culpable de todos los desafíos de este país, lo hemos visto en el debate político. El Papa dice ‘No', los inmigrantes han aportado”, dijo Curbelo.
La agenda de Francisco en Washington, Nueva York y Filadelfia estuvo cargada no sólo de mensajes de aliento para los inmigrantes, sino de visitas a centros caritativos o escuelas que le dieron visibilidad a los sacrificios de las familias migrantes.
En Washington visitó las Caridades Católicas que atiende diariamente a 500 indigentes, muchos de ellos inmigrantes latinos, bendijo un almuerzo de pollo, pasta, ejotes y zanahorias y sentenció que no hay justificación moral de la falta de un techo para la gente.
En Nueva York compartió la tarde del viernes con hijos de inmigrantes, quienes estudian en la escuela Nuestra Señora Reina de los Ángeles, en el barrio neoyorquino de Harlem. “Estoy contento de estar hoy aquí con ustedes junto a toda esta gran familia que los acompaña”, les dijo.
En Filadelfia, Francisco se reunió con representantes mexicanos del movimiento “Encuentro”, quienes le llevaron una copia de la “Biblia Católica para la Familia y para el Joven” y le regalaron una manta bordada con la imagen de la Virgen de Guadalupe.
La atención de la iglesia hacia los jóvenes católicos latinos es explicable: Siete de cada diez adolescentes católicos latinos siguen siéndolo en la edad adulta, unos 100 puntos porcentuales más alto que la población no latina.
Para Rosa Reyes, quien viajó desde Harlingen, Texas, para ver al Papa, la visita del primer pontífice latinoamericano cumplió su propósito al presentar con dignidad a los inmigrantes, al margen de si se logra de inmediato una reforma migratoria.
“Deseamos que el Santo Padre toque el corazón de las personas y esperamos que eso haga que logre para todos los migrantes la dignidad y el respeto que todos merecemos”, señaló.