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Una visita secreta...de película

Cualquier error de cálculo pudo poner en enfrentamiento directo con armas nucleares a Estados Unidos y Rusa

La caravana del presidente Joe Biden salió de la Casa Blanca alrededor de las 3:30 a.m. del domingo. Para este viaje no recurrió al grande y llamativo Air Force One. El presidente desapareció en la oscuridad en un Air Force C-32, un Boeing 757 modificado que normalmente se usa para viajes nacionales a aeropuertos más pequeños.

El presidente Joe Biden (derecha) sentado en un tren con el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan mientras repasa su discurso.Una visita secreta...de película

  • KIEV, Ucrania 

Unas 20 horas después, Biden reapareció en el centro de Kiev, Ucrania.

La visita sorpresa de Biden de 23 horas a Ucrania el lunes fue la primera ocasión en la historia moderna que un líder estadounidense visita una zona de guerra que no está bajo protección del ejército estadounidense: una hazaña que, la Casa Blanca dijo, implicaba cierto riesgo a pesar de que Moscú recibió un aviso previo.

Durante las siguientes cinco horas, el presidente hizo varias paradas en la ciudad transportado en una camioneta SUV blanca en lugar de la limusina presidencial, sin ningún anuncio al público ucraniano de que estaba allí.

Pero toda esa actividad atrajo suficiente atención y la noticia de su presencia se filtró mucho antes de que pudiera regresar a Polonia, que era el plan original. A los asistentes de la Casa Blanca les sorprendió que el secreto se mantuviera durante tanto tiempo.

Sin embargo, Rusia sabía lo que el público ucraniano ignoraba. Funcionarios estadounidenses habían notificado a Moscú sobre el viaje de Biden.

El presidente norteamericano había estado ansioso desde el año pasado por unirse al desfile de otros funcionarios occidentales que han visitado Kiev para prometer su apoyo, parados hombro con hombro, al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy en la capital.

OPORTUNIDAD ÚNICA

El viaje planeado de Biden a Varsovia, Polonia, y el feriado estadounidense del Día de los Presidentes, proporcionaron una oportunidad obvia para agregar una parada en Kiev. Un grupo pequeño de altos funcionarios de la Casa Blanca y de las agencias de seguridad nacional de Estados Unidos trabajaron en secreto durante meses para que esto sucediera, precisó el lunes Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional. Biden dio la aprobación final apenas el viernes.

Sullivan dijo que el viaje “requirió un esfuerzo de seguridad, operativo y logístico por parte de profesionales de todo el gobierno de Estados Unidos para trabajar en lo que era un proyecto inherentemente riesgoso y convertirlo en un riesgo manejable”.

Una vez que Biden abordó en secreto el avión de la Fuerza Aérea, se usó para el avión el distintivo de llamada “SAM060”, de Misión Aérea Especial, en lugar del habitual “Air Force One”. Estaba estacionado en la oscuridad con las persianas abajo y despegó de la Base Conjunta Andrews a las 4:15 a. m., hora de la costa este.

Después de una escala de reabastecimiento de combustible en Alemania, donde el presidente se mantuvo a bordo de la aeronave, el avión de Biden apagó su transpondedor para el vuelo de aproximadamente una hora a Rzeszów, Polonia, el aeropuerto que ha servido como puerta de entrada para miles de millones de dólares en armas occidentales y visitantes importantes a Ucrania. Desde allí, abordó un tren para el viaje nocturno de aproximadamente 10 horas a Kiev.

Llegó a la capital a las 8 a.m. del lunes, fue recibido por la embajadora Bridget Brink y subió a su caravana motorizada que lo condujo al Palacio Mariyinsky. Incluso cuando estuvo en tierra en Ucrania, los vuelos a Rzeszów que transportaban equipo militar y otros bienes se mantuvieron sin cesar desde las ciudades occidentales.

Mientras tanto, en Kiev, muchas calles principales y bloques centrales fueron acordonados sin explicación. La gente comenzó a compartir videos de largas caravanas de autos que circulaban a alta velocidad por calles donde el acceso estaba restringido: las primeras pistas de que Biden había llegado.

“BALÓN NUCLEAR”

El presidente Joe Biden pronuncia un discurso en el Castillo Real de Varsovia, Polonia, el martes 21 de febrero.
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Biden viajó con una comitiva mucho más pequeña de lo habitual: Sullivan, Jen O’Malley Dillon, subjefa de gabinete de la Casa Blanca, y Annie Tomasini, directora de operaciones de la Oficina Oval. A ellas se unieron su destacamento del Servicio Secreto, el ayudante militar que llevaba el llamado “balón nuclear” —el maletín con el que el presidente tiene el control para activar las armas nucleares de Estados Unidos—, un pequeño equipo médico y el fotógrafo oficial de la Casa Blanca.

Sólo había dos periodistas a bordo en lugar de los habituales 13. Sus dispositivos electrónicos fueron apagados y entregados a la Casa Blanca durante el viaje a Ucrania. Un pequeño número de periodistas con sede en Ucrania fue convocado a un hotel céntrico el lunes por la mañana para unirse a ellos, sin informarles que Biden estaba de visita hasta poco antes de su llegada.

Incluso con sistemas de misiles tierra-aire occidentales que refuerzan las defensas de Ucrania, era inusual que un líder estadounidense viajara a una zona de conflicto donde Estados Unidos o sus aliados no tuvieran control sobre el espacio aéreo.

El ejército de Estados Unidos no tiene presencia en Ucrania excepto por un pequeño destacamento de marines que custodia la embajada en Kiev, lo que hizo que la visita de Biden fuera más complicada que las visitas de líderes estadounidenses anteriores a zonas de guerra.

“Sí notificamos a los rusos que el presidente Biden viajaría a Kiev”, aclaró Sullivan a los periodistas. “Lo hicimos unas horas antes de su partida con el propósito de evitar un conflicto”. Se negó a especificar el mensaje exacto o a quién se le transmitió, pero dijo que se les puso bajo aviso para evitar cualquier error de cálculo que pudiera poner en enfrentamiento directo a las dos naciones con armas nucleares.

Mientras Biden estuvo en Kiev, aviones de vigilancia estadounidenses, incluido el radar aéreo E-3 Sentry y el RC-135W Rivet Joint, un avión de vigilancia electrónica, monitoreaban Kiev desde el espacio aéreo polaco.

El viaje requirió un esfuerzo de seguridad, operativo y logístico por parte de profesionales de todo el gobierno de Estados Unidos para trabajar en lo que era un proyecto inherentemente riesgoso y convertirlo en un riesgo manejable.¨ Jake Sullivan, Asesor de seguridad nacional

PRESIDENTE SIN MIEDO

Fue apenas en ese momento cuando aparecieron las primeras imágenes de Biden en la capital en las redes sociales ucranianas y la visita secreta se convirtió en noticia mundial.

“Es un ejemplo de un presidente que no tiene miedo de presentarse en Ucrania y apoyarnos”, expresó Myroslava Renova, una residente de Kiev, de 23 años, después de que se conociera la visita de Biden.

Biden se dirigió a la embajada de Estados Unidos para una breve parada antes de partir del país en tren de regreso a Polonia a bordo de un vagón bien equipado, con paneles de madera, cortinas bien cerradas, una mesa de comedor y un sofá de cuero.

El aviso de todo despejado, también con la voz de Hamill, sonó a la 1:07 p.m., cuando el tren de Biden se alejaba de la estación.

“La alerta aérea ha terminado”, afirmó la voz de Hamill. “Que la fuerza te acompañe”.



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