Urgen a reorientar oferta de posgrado

Del total de los programas de posgrado que se ofertan en México, menos del 25 por ciento es de calidad. De acuerdo con el Padrón Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), de los 11 mil 147 programas registrados en el País, sólo 2 mil 155 están acreditados por el PNPC.

"Cerca del 48 por ciento estudia Ciencias Sociales, tanto en las públicas como en las particulares”. *Alexandra Zapata, investigadora

Del total de los programas de posgrado que se ofertan en México, menos del 25 por ciento es de calidad. De acuerdo con el Padrón Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), de los 11 mil 147 programas registrados en el País, sólo 2 mil 155 están acreditados por el PNPC.

Alexandra Zapata, investigadora del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), advierte que esta situación origina que no se abone capital humano capaz de empujar el desarrollo económico nacional.

"La oferta del País no está alineada con la demanda del mercado laboral ni con las áreas estratégicas de innovación, que van a ser los ejes estratégicos viendo hacia el futuro", acota.

Marcial Bonilla, coordinador del Diagnóstico Nacional de Posgrado, realizado en 2014 por el Conacyt, indica que el crecimiento de los posgrados en cada área de estudio no ha sido parejo.

"Si nos fijáramos en cómo viene la oferta de posgrados, veríamos que hay un pico de más de 4 mil programas de posgrado en las Ciencias Sociales, y en Biología y Química anda por ahí de 200 en total, entonces tenemos un predominio muy alto de las Ciencias Sociales y de las Humanidades", señala el especialista.

El 67.9 por ciento del padrón académico inscrito ante el Conacyt pertenece a esta categoría. De los 5 mil 771 cursos que se incluyen sobre Ciencias Sociales y Humanidades, únicamente el 36 por ciento es de calidad.

Los posgrados referentes a estas materias abundan, sobre todo en las instituciones privadas, porque su apertura no necesita gran inversión.

"Es más fácil crear un programa de posgrado de las Ciencias Sociales y Humanidades porque no requieren laboratorios, y eso posiblemente tiene que ver con el crecimiento que hemos visto", comenta Bonilla.

A decir de Zapata, terminan siendo posgrados que son muy baratos de impartir, pero que no necesariamente son rentables para México o para los alumnos.

Sin embargo, por la falta de información respecto al tema, se siguen solicitando a las universidades.

"Si les están demandando posgrados en Humanidades, las escuelas privadas van a abrir posgrados en Humanidades; lo que necesitamos es que la demanda de los posgrados se muevan para otras áreas", dice.

Esta situación, añade Bonilla, también se presenta porque el área de estudios es muy pedida desde la licenciatura.

Respecto a los posgrados de Ciencias Aplicadas, de los 2 mil 206 programas registrados ante el Conacyt, sólo el 49 por ciento es de calidad.

Luis Ponce, director del PNPC, comparte que en esta categoría prácticamente no participan posgrados impartidos por universidades particulares.

"Tenemos que buscar la pertinencia de los posgrados; cómo dar oportunidades al talento, cómo incentivar que haya más científicos, más tecnólogos, y cómo tener un poder de convocatoria para eso", advierte.  

Áreas emergentes

• Ponce señala que están enfocando los esfuerzos en impulsar programas emergentes para el desarrollo del País, como derecho corporativo, derecho energético, protección de ecosistemas y legislación sobre cambio climático.

• “Hay profesiones que son de corte totalmente profesional, que no tiene una actividad de investigación, entonces hay que ver qué tipo de políticas debe implementar el Gobierno para incrementar el valor agregado a la oferta".

• También, comparte que trabajan en el proyecto de "Posgrados con la industria", en donde buscan vincular los programas de posgrado con empresas de distintos sectores.

• “Actualmente tenemos a 835 becarios que atienden a 425 empresas", acota.

• Con este programa, precisa Ponce, buscan que haya mayor vinculación entre la academia, el campo, los gobiernos locales y las empresas.