En armonía con tu cuerpo
Disminuir dolores de espalda, controlar el aumento de peso y evitar la inducción al parto son algunas de las razones por las que se recomienda practicar ejercicios de bajo impacto durante la gestación
El yoga es una de las disciplinas más amigables para las embarazadas, siempre y cuando se practique de la mano de asesores especializados.
Y es que, además de ser una actividad física, involucra el desarrollo emocional y mental de la practicante, lo que fortalece su concentración y sensibilidad para conectar con sus emociones y disfrutar plenamente del periodo que vive, explica la maestra en yoga Adriana Leal.
La experta certificada en Nueva York recomienda realizarla a partir de la semana 12 de gestación, una vez que termina el primer trimestre y desaparecen varios síntomas iniciales.
"Al practicar yoga fortaleces el lazo entre tú y tu bebé, te hace más consciente de tu cuerpo, de los cambios que estás viviendo y, sobre todo, te ayuda a estar relajada y controlar las hormonas", comenta quien, de hecho, practicó yoga durante su embarazo.
"Hacer ejercicio durante esta etapa te llena de energía, fortaleza y salud para cuando nace tu hijo. Tienes que ir a tu propio ritmo y con un guía que te indique las mejores posiciones de acuerdo al trimestre en el que estás".
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Además, permite que los futuros papás también se involucren y tomen clases en pareja, con rutinas que los unan, asegura Gabriela Olmedo, directora de Mom Center, centro de entrenamiento especializado en la etapa del embarazo.
"Se estimula en vínculo en pareja, mientras ellos practican fuerza y circuitos, ellas se concentran en la calma, la apertura y la relajación", menciona Olmedo.
"En clase aprenden juntos técnicas para manejar la ansiedad producida por la espera, así como las contracciones y el trabajo de parto en pareja, diferentes formas de masajes, relajación y respiración para que tengan una mayor sincronía", añade.
Lo bueno
Mom Center enumera estas ventajas de la yoga prenatal
• Ayuda a disminuir el tiempo del parto hasta dos horas
• Reduce el riesgo de desarrollar preeclampsia hasta en un 50 por ciento
• Mejora el funcionamiento de la placenta
• Disminuye dolencias propias del embarazo, por ejemplo, en espalda
• Te prepara para enfrentar la vida agitada después del parto
¡Con cuidado!
Si eres principiante, hay algunas posturas que por seguridad no puedes realizar, como las inversiones o torsiones profundas. Si previo al embarazo ya se realizaba actividad física se puede continuar con el mismo nivel, pero siempre con el apoyo de un guía especializado.
Toma nota
Balasana prenatal: conocida como postura del niño, busca abrir la cadera como preparación para el parto.
Indio: esta posición tiene como fin colocar al bebé en la posición correcta para el alumbramiento.
Árbol: desarrolla el equilibrio de la madre al lograr que focalice un punto fijo.
(Agencia Reforma)