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El misterio de la placa de oro y el pergamino perdidos de Machu Picchu

Los alcaldes desde 2007 se acusan entre ellos por la desaparición los galardones que reconocen a la ciudadela como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno. En 24 horas, como por arte de magia, reapareció la placa

El sitio arqueológico de Machu Picchu (Perú).El misterio de la placa de oro y el pergamino perdidos de Machu Picchu

Desde el siete de julio de 2007, fecha mística por donde se mire, los peruanos conmemoran el día en que Machu Picchu, ese misterio de la arquitectura y la ingeniería, fue elegida como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno. Perú siguió la gala desde Lisboa en decenas de pantallas gigantes instaladas en plazas y parques. El júbilo remeció un país ávido de triunfos. El reconocimiento prometía desarrollo y, además, un aumento significativo de turistas de todos los rincones del planeta.

CONCURSO

El concurso, organizado por la empresa New Open World Corporation, recibió más de cien millones de votos mediante Internet y mensajes de texto, una reliquia vigente de los celulares. Fueron 77 los monumentos que alcanzaron las semifinales. Que este complejo milenario construido en 1450 en Los Andes peruanos fuera merecedor de esta investidura era un acto de justicia, pero también un triunfo colectivo de una población que hizo su parte desde la virtualidad.

  • Este lunes, tres días después de cumplirse 16 años de aquel logro, el alcalde de la Municipalidad Distrital de Machu Picchu Elvis La Torre Uñacori hizo una denuncia desoladora: se había extraviado la placa de oro y el pergamino que les fue entregado a las autoridades cusqueñas en 2007. "No se ha transferido absolutamente nada.

Solo contamos con una placa de plata que está en el despacho de la alcaldía. Sin embargo, la placa de oro y el pergamino no lo tenemos. Vamos a hacer la denuncia correspondiente a través de la Procuraduría para poder determinar a los responsables", informó.

A partir de allí se produjo una cadena de contradicciones entre los cinco alcaldes del municipio cusqueño de 2007 en adelante. Cada cual se defendió como pudo, pero sin dar mayores alcances sobre el paradero de los objetos. De acuerdo a información de Radio Programas del Perú (RPP), Darwin Baca León (2019-2022) sostuvo que hallaron una réplica de la placa en los almacenes de la Municipalidad del Cusco, pero que desde antes de su gestión no sabía dónde se encontraban los originales.

Óscar Valencia (2011-2012) aseguró que antes de ser vacado transfirió la placa y el pergamino a su sucesor inmediato, La Torre Uñacori, quien gobernó transitoriamente por menos de un año, y que al cabo que de un tiempo comprobó que los benditos galardones tenían un espacio en el despacho de David Gayoso García (2013-2018). Sin embargo, Gayoso ha desmentido esta versión: "Cuando yo ingresé no había placa ni pergamino". Por increíble que parezca, afirma que el propio La Torre Uñacori, que ha levantado la voz sobre la desaparición, "jamás, ni físicamente, ni bajo un inventario, ni en algún tipo de documento, hizo la transferencia de estos artículos".

El tema se enredaba y surgían las preguntas: ¿Quién miente entonces? ¿Desde cuándo las piezas de valor están desaparecidas? ¿Por qué la denuncia llega con tantos años de retraso? Un personaje le dio un giro a la historia. Moisés Bendezú Sandoval, impulsor de la campaña en 2007 para votar por Machu Picchu, acusó al alcalde que los recibió por primera vez: Édgar Domingo Miranda Quiñones (2007-2010). "Lo tiene en su casa (...) Siempre le he reclamado, todos estos años, que lo devuelva y como él tiene dinero, yo creo que ha pensado que ese pergamino era para él. Hasta ahora debe pensar eso", afirmó.

Este martes, en medio de los dimes y diretes y un escándalo de ribetes internacionales, el actual burgomaestre de Machu Picchu, Elvis La Torre Uñacori dio una noticia inesperada: en 24 horas habían hallado la placa de oro en la secretaría general del municipio. Su argumento hizo caer a más de uno de la silla. Al parecer nunca se había perdido, sino que no habían buscado bien. "No existen en acta de transferencia. No tienen código. Por ende, no sabíamos en qué lugar podíamos encontrarlo. Pasa que tiene la forma de un vino. Imagino que ha estado en un estante entre archivos y libros". ¿Realmente se trató de un descuido o alguien atemorizado por la atención mediática lo dejó en las últimas horas?



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