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Raquel Taranilla parodia el exceso de información

'Noche y océano', su primera novela es una historia "rebosante de humor inteligente"

Raquel Taranilla (Barcelona, 1981) ha sido la ganadora del Premio Biblioteca Breve en su 62ª edición por la novela Noche y océano, la primera inmersión en la ficción de esta profesora de la Universidad Complutense de Madrid afincada en la capital desde 2016. El jurado –formado por Lola Larumbe, Fernando León de Aranoa, Clara Usón, Pere Gimferrer y Elena Ramírez– ha destacado "el aspecto lúdico y paródico" de esta "historia rebosante de humor inteligente y enorme energía expresiva, escrita con gran seguridad y aplomo del todo inesperados en una primera novela".

Raquel Taranilla, con el premio Biblioteca Breve.Raquel Taranilla parodia el exceso de información

La protagonista es, en ciertos aspectos, un alter ego de la autora: "Bea es muchas cosas, como yo", ha declarado Taranilla. "Es profesora universitaria, es una lectora superobediente y tiene una existencia absolutamente precaria". Esa precariedad que comparten autora y personaje es lo que la ha llevado a decir, categórica: "La carrera académica es una mierda". Y ha especificado: "Yo me tuve que marchar a Qatar y los petrodólares me permitieron aguantar después. Bea y yo somos profesoras en una universidad española, y eso es algo heroico. Muchos colegas míos han completado sus sueldos trabajando de camareros. Yo he dejado de ser profesora asociada este año, y tengo 38. ¿Cómo tener fe en lo que estás haciendo?"

Pero sobre todo la novela, que Seix Barral publicará el 10 de marzo, es "el fruto malsano de la sociedad del conocimiento", en palabras de la propia autora. El director de cine Fernando León de Aranoa la ha definido como "un juego inteligente, un monólogo desbocante y desbocado en el océano de información que nos ahoga". 

Su compañera de jurado, la escritora Clara Usón, ha coincidido: "Es como una metáfora de Google, que paraliza y mantiene recluida en su casa a la protagonista", ha comentado. Taranilla quita trascendencia a este cúmulo de conocimientos que nos parecen obligados: "Lo que hacemos, en realidad, es muy gracioso", ha dicho. "Somos niños y niñas jugando con cosas poco importantes en las manos".

El ruido de la información, es decir, el exceso de conocimiento, nos pierde y no nos deja escoger. "Parte de la novela es crítica (cójase esta palabra con pinzas) con la mitomanía, que nos hace incapaces de crear ideas propias y nos lleva a vampirizar las de otros, algo siempre rentable... ¡Los habitantes de este "planeta cultura" somos capaces de hacer cosas muy raras, como robar un cráneo embalsamado!". Para superar este estadio, la autora (como la protagonista) aspira a ser una "lectora intrépida" y dejar de sentirse lectora obediente.

La librera Lola Larumbe, miembro del jurado, ha destacado las referencias y guiños que la novela tiene con la obra de Eduardo Mendoza, Vila-Matas o David Foster Wallace. Noche y océano incluye un montón de notas sobre la jerga académica que podrían conformar casi otro libro, muy en sintonía con el trabajo del literato estadounidense. Pero, como ha reconocido la autora premiada, el libro es una respuesta a Enrique Vila-Matas (a quien adora, ha dicho), en concreto a su novela Aire de Dylan. “Aquel libro fue como una patada en la cara”, ha explicado. “Hacía un retrato injusto de mi generación y esta novela es la respuesta. Y ante la potencia arrasadora del conocimiento de Bea, la salvación al final llega con la risa. Es una reivindicación del cinismo”.

La carrera académica es una mierda. Los profesores trabajan como camareros para completar el sueldo. ¿Cómo tener fe en lo que estás haciendo

El estilo de Noche y océano es absolutamente libre. "Apela constantemente al lector, rompiendo la base del relato", ha subrayado León de Aranoa. "Ir sin rumbo es el rumbo de la novela, que lo que hace es desordenar el caos". 



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