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Ponte atento

Hay un concepto que utilizo a veces en una de mis conferencias para ilustrar el impacto de nuestras decisiones

Imaginemos que hay un par de varas de madera tiradas en el suelo y yo tengo la opción de levantar cualquiera de ellas. Nadie a mí me puede tratar de obligar y decirme: “Tienes que levantar esta vara”. Si a mí se me pega mi regalada gana, tranquilamente voy y levanto la otra vara. Yo soy libre de levantar la vara que yo quiera. De lo que no soy libre es de que, una vez que he decidido levantar un extremo de la vara, junto con ese extremo me estoy trayendo el otro extremo. ¿Qué quiero decir con esto? Pues simplemente que yo soy libre de tomar las decisiones que yo quiera, de lo que no soy libre es de las consecuencias que vienen ligadas a esas decisiones.

Ponte atento

Juan y Miguel son dos amigos que nacieron con muy poca diferencia de días en una colonia cualquiera de esta ciudad. Sus familias eran vecinas, por lo que prácticamente crecieron juntos y toda su infancia transcurrió de manera muy parecida. Jugaban juntos, se visitaban constantemente, fueron al mismo jardín de niños, a la misma escuela primaria. Sin embargo, cuando estaban en secundaria empezó a notarse una diferencia entre ellos. Juan, por su parte, decidió que él quería llegar a ser un gran ingeniero y empezó a hacer las cosas que consideró que le ayudarían a lograr ese objetivo. Le echó ganas al estudio, terminó excelentemente su secundaria y preparatoria. Como su familia no contaba con muchos recursos, tomó un trabajo de medio tiempo para costearse su carrera, y al término de cuatro o cinco años obtuvo su título de ingeniero. Entró a trabajar en una buena empresa y, en base a demostrar empeño, calidad, dedicación, responsabilidad, ha logrado ir escalando peldaños dentro de la organización. Su imagen hoy es la viva imagen del éxito.

Miguel, por otro lado, decidió que él quería “vivir la vida sin complicaciones” como dice un anuncio. Pasó a duras penas la secundaria, entró a la preparatoria pero a medio curso embarazó a la novia y tuvo que salirse de la escuela para trabajar y enfrentar el compromiso que se le venía encima. Hoy en día, Miguel trabaja de lo que puede para llevar apenas el sustento mínimo necesario para su familia. Su imagen hoy es la viva imagen del fracaso.

Cuestión de varas

La pregunta es ¿a qué creen que se deba que habiendo tenido Juan y Miguel un inicio tan parecido hoy en día luzcan tan diferentes? La respuesta a esta pregunta está en las decisiones que cada uno de ellos tomó. Alguien dijo: “Es en nuestros momentos de decisión que se forja nuestro destino”. Juan y Miguel levantaron diferentes varas cada uno y, en consecuencia, cada uno obtuvo resultados diferentes. Miguel tuvo exactamente la misma oportunidad que Juan de levantar las varas que quiso, lo que no pudo escoger fueron las consecuencias ligadas a las varas que levantó.

Ahora bien, ¿estará Miguel consciente de que su condición de vida hoy es el resultado de las decisiones que tomó en el pasado? Tal vez sí, pero muy probablemente no. Muy probablemente él atribuirá esta diferencia entre su vida y la de Juan a aspectos tales como la suerte, el destino, su signo zodiacal, etc. O dirá cosas como “unos nacen con estrella y otros nacemos estrellados”, o “es que Dios la trae conmigo, ya me agarró de su puerquito”. Hace falta tener los pantaloncitos bien puestos para reconocer que soy lo que yo mismo he creado. Nadie más llevó ese barco hasta ese destino, sino Miguel mismo. Y aun así, todavía tendría esperanzas de lograr un cambio, en tanto tenga un cerebro para tomar decisiones con vista al futuro.

En los 90’s, el grupo rapero Caló cantaba la canción “Ponte atento”. Lo mismo te digo ahora en este mensaje: Ponte atento. La vida generalmente te presentará diferentes varas para levantar. Ponte atento y trata de ver no solo el extremo visible y tal vez apetecible de la vara que estás levantando, sino también el otro extremo, el que a veces no se ve a simple vista, pero que invariablemente viene ligado a cada vara por levantar. Ponte atento, porque no es solo cuestión de varas. Es tu futuro y el de tu familia, tu paz y tu tranquilidad los que están en juego en cada vara que levantas.



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