Otra vida para el verso en la escena

“El verso seguirá vivo mientras el hombre siga buscando el misterio. Goza de arte poético, de autoridad propia. Es un medio para expresar el subconsciente individual y colectivo, un lugar en el que soñar, descubrir y tocar la cosa más escondida”.

El teatro en verso ya no huele a naftalina y son muchos los creadores teatrales contemporáneos que lo reivindican. No sólo aquel que compusieron los grandes maestros del Siglo de Oro, que vive un momento de gran efervescencia: también hay autores que se atreven a escribir hoy como lo hiceron Lope y Calderón.

Es un recurso sonoro y musical valioso que da peso a la palabra y a lo que dice. 

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APASIONADOS POR LA LITERATURA CLÁSICA

El madrileño Álvaro Tato y el argentino Yayo Cáceres, dos nombres envenados por la literatura clásica, están convencidos de que los tiempos no pueden ser mejores para la puesta en escena de obras en verso, no sólo las que escribieron los clásicos, sino también otras de nueva cosecha.

“Quizás es una gran aventura, una osadía o un disparate, pero en estos tiempos tan tecnológicos, vigilados y conectados, el teatro se abre como un valor seguro y necesario para la sociedad. Es una vuelta a la raíz, una búsqueda de la desnudez y del teatro pobre, no en el sentido de escasez, sino de esencialidad”, asegura Tato.

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¿SON BUENOS TIEMPOS PARA EL VERSO?

“A veces se ve como algo antiguo, pero nada más lejos de la verdad. El verso forma parte de nuestra vida. Es el verso del Siglo de Oro, de ‘El Quijote’, de los Machado”, asegura Cáceres, quien viajó a Madrid para una estancia de seis meses y ya lleva ocho años.

“El verso provoca en el espectador la magia de la música. Reviste nuestra lengua E ideas de música y cristaliza así de una manera inolvidable. El silencio del público en una obra en verso es especial”, añade Tato.

Otro autor contemporáneo que también se ha lanzado a escribir en métrica clásica es Patxo Tellería. Su obra “Páncreas” nació de la necesidad de investigar con el lenguaje.

“Me gustó la idea de ir a contracorriente. La idea de que el verso es antiguo es un error, es un recurso sonoro y musical muy valioso al que no debemos renunciar. Es un lenguaje tan contemporáneo y vigente como cualquier otro. Es una poesía que trasciende el tiempo”, explica TellerÍa, que no sabe si volverá a escribir otra pieza en verso.

El verso no es ni arcaico, ni desfasado. Es un género cuya estructura te sirve para una formación muy disciplinada en la interpretación. El verso es adictivo, es una manera de zambullirse en un texto sin fondo, siempre haces un viaje diferente”, asegura Cáceres.