Neurólogos descubren el lugar del cerebro donde se fabrican los sueños
Se llama ‘hot zone’ y es donde se transforma lo que soñamos en realidad
La ‘hot zone’ del cerebro se asocia a recordar los sueños de forma consciente.
El universo de los sueños es cuanto menos fascinante. En parte porque los enigmas que se esconden detrás de algo en apariencia tan trivial como la acción de soñar, supone para muchos un antes y un después en sus vidas.
Ya Paul McCartney aseguraba en 1980 que gracias a un sueño se despertó con la melodía de “Yesterday” en la cabeza o el médico canadiense Frederik Grant, que soñó con el experimento que supondría uno de los descubrimientos médicos más grandes de la historia: la insulina.
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¿DÓNDE Y POR QUÉ SE ORIGINAN NUESTROS SUEÑOS?
Un grupo de neurocientíficos de Estados Unidos, Italia y Suiza ha descubierto que el sueño tiene su propia fuente autónoma: la denominada zona caliente o hot zone, en la que la actividad del cerebro es diferente al sueño REM (Rapid Eye Movement), estado en el que el cuerpo duerme pero el cerebro continúa en actividad y al resto de los estados no REM.
Los expertos fijaron electrodos en la cabeza de 32 voluntarios mientras dormían y los despertaron en varias ocasiones durante la noche. Se centraron en un grupo de siete personas a las que se les despertó 10 veces y se les entrenó para que recordaran la última imagen vital de sus sueños.
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¿REALIDAD O TAN SÓLO SUEÑOS?
En la etapa final del estudio, los neurólogos ahondaron en el tema de la consciencia y descubrieron que para el cerebro un sueño es una experiencia real y no algo inventado.
“Un área del cerebro que se vuelve muy activa cuando se comienza a soñar, experiencias en las que la conciencia también está activa”, explica Francesca Siclari, neuróloga del Hospital Universitario de Lausana (CHUV) y una de las pioneras de la investigación.
La ‘hot zone’ se encuentra encima de la nuca y está ocupada por el 95% de toda la fase REM y el 71% de la no REM. Horas y horas de sueños de los que sólo recordamos apenas unos minutos y que quizás con este nuevo avance se pueda descubrir cómo recordar mejor.
Algunos sueños están tan cerca de la realidad cotidiana que son como una extensión de los pensamientos despiertos. Muchas ideas pueden surgir durante el sueño, como le ha ocurrido a números artistas o inventores.
A partir de esta investigación, los caminos que se ramifican son al menos tres: el imaginativo, uno neurológico y otro limítrofe con la filosofía. Según J. Allan Hobson, psiquiatra y uno de los investigadores más importantes del sueño, argumenta que no sólo el sueño tiene un significado, sino que es el fundamento de todo significado posible. Pero ¿cuál es ese significado? Para Hobson, “es una actividad mental que se caracteriza por una imaginación sensomotora vivida y que se experimenta como si fuera la realidad despierta”.
En pocas palabras, si se sueña algo sobre un proyecto en el que se trabaja, se recuerda y parece una buena idea o acción o es algo positivo, adelante con ello. El cerebro compone secuencias complejas a partir de los elementos que ya conoce y las inventa ‘casi’ al azar y algunas pueden ser tan verosímiles que por una cuestión de probabilidades elementales pueden convertirse en reales.
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LAS EMOCIONES, EL GRAN MOTOR DE LOS SUEÑOS
No cabe duda que el estado emocional de una persona es muy importante y significativo a la hora de soñar. Y es que la neurociencia propone que el cerebro despierto lo que hace es construir una imagen de la realidad que percibe a base de pequeñas unidades de información.
“El cerebro almacena cómo camina una persona, cómo mira, cómo habla y luego el cerebro soñando mezcla esas unidades de información casi al azar para generar imágenes coherentes compuestas por miles de estas piezas verosímiles, pero una escena que en realidad nunca ha existido.
Aquellas vivencias con un alto componente emocional tienen una mayor probabilidad de aparecer en sueños. Soñamos con más frecuencia con cosas que nos preocupan o nos ilusionan. Desde luego es todo un mundo fascinante, así que sueñe e intente recordar.
