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La lucha por el patrimonio

La mayoría de los bienes arqueológicos recuperados provienen de restituciones voluntarias

La mayoría de los bienes arqueológicos repatriados en la actual Administración corresponden a restituciones voluntarias, que constituyen un 60 por ciento del total, mientras que la recuperación del resto es producto de acciones judiciales, informa  Alejandro Bautista, subdirector del Registro de Monumentos Arqueológicos Muebles del INAH.

La lucha por el patrimonio

  • Campañas promovidas por el Gobierno Federal y la defensa internacional emprendida por países del mundo para recuperar su patrimonio expoliado han influido en estas devoluciones, considera el arqueólogo.

“Esta presión, estas peticiones a nivel de la sociedad, de los gobiernos de cada país, al final van generando resultados como la sensibilización (para lograr) no solamente entregas voluntarias de particulares, sino en las casas de subastas o en las galerías de arte prehispánico, (donde) se ha notado una tendencia efectiva en sacar o no incluir bienes culturales mexicanos”, asegura Bautista en entrevista.

“Esta presión, estas peticiones a nivel de la sociedad, de los gobiernos de cada país, al final van generando resultados como la sensibilización (para lograr) no solamente entregas voluntarias de particulares, sino en las casas de subastas o en las galerías de arte prehispánico, (donde) se ha notado una tendencia efectiva en sacar o no incluir bienes culturales mexicanos"

No obstante, las ventas del patrimonio nacional a través de pujas en diversos países continúan. Sólo en Francia, en lo que va del año, al menos se han consumado siete subastas; la más reciente el mes pasado, por la casa Montecarlo.

LAS REPATRIACIONES

De 2018 a julio pasado se han repatriado -de diversos países y continentes- más de 8 mil 900 bienes culturales, de los cuales unos 8 mil 300 son arqueológicos, e históricos alrededor de 600, detalla Bautista.

Mientras que en el sexenio anterior, compara, se contabilizaron por arriba de 5 mil bienes recuperados, la mayoría precolombinos.

La repatriación más reciente, el 10 de agosto, provino de Estados Unidos, y es una escultura del siglo 17 que representa a San Antonio de Padua que fue robada del Templo de Santiago Apóstol de Jiutepec, Morelos, hace 20 años.

“En los últimos años”, añade Bautista, “ha habido entregas voluntarias de manera más o menos frecuente por parte de personas o familias que, desde hace años, o décadas, tenían en sus domicilios piezas arqueológicas o históricas, y que han decidido entregar a la embajada o el consulado respectivos”.

Incluso hay quienes han desistido de su plan de subastarlas para reintegrarlas a México, dice.

Y refiere ejemplos como el retiro, tras el reclamo de México, de tres piezas del patrimonio nacional que se subastarían, en marzo de este año, en la casa Carlo Bronte Auctions de Bélgica. Y el mismo mes se canceló la subasta de una pieza arqueológica nacional en la Galería Zacke, de Austria, igualmente reclamada por el INAH.

“El ciclo se cierra positivamente, porque se retiran los bienes y en la mayoría de los casos son entregados a las autoridades mexicanas”, indica.

VÍAS DE INTEGRACIÓN

Buena parte de las piezas arqueológicas recuperadas proceden, principalmente, del Occidente y del Norte de México, revela el funcionario.

“Es un elemento para poner especial atención en estas regiones con gran riqueza cultural, que están en la mira de los exploradores o los saqueadores, quienes anteriormente han tenido oportunidad de estar realizando actos de saqueo indebido”.

Una vez que vuelven al País, estas piezas se inscriben en el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos del INAH, proceso que dota de certeza jurídica a los bienes culturales de la Nación, puntualiza Bautista.

Desde la fundación del INAH, en 1939, y hasta julio de 2022, este registro sumaba unos 2 millones 150 mil bienes arqueológicos muebles, detalla.

Parte de estos se presentaron en Grandeza de México, exposición temporal que recientemente cerró sus puertas en las dos sedes donde estaba exhibida: el Museo Nacional de Antropología y en las oficinas centrales de la Secretaría de Educación Pública.

De acuerdo a su filiación cultural, se pretende ahora integrar el patrimonio recuperado en los acervos de la red de museos del INAH para su exhibición, indica el arqueólogo.

“La idea sería que estos bienes no quedaran eternamente en oficinas o en lugares de resguardo, sino que tengan una función social, que incrementen los acervos de los museos del INAH o eventualmente el Instituto puede facilitar en comodato algunos de estos bienes a otras dependencias, instancias o personas morales distintas al Instituto para exhibición, resguardo o estudio”, perfila.



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