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Cuando el trabajo es el arte

La segunda exposición sobre Darcy Lange subraya la mirada realista y frontal que este pionero del videoarte aplicó en sus inmersiones en fábricas y empresas

“Trabajo y no trabajo. Tema revolucionario”, escribió el primer Jean Baudrillard en “El espejo de la producción” (1973). La consideración del no trabajo como trabajo ha servido siempre al proyecto emancipador. Esta dialéctica tiene en la obra del neozelandés Darcy Lange (1946-2005) todo un modelo, idealista y a contracorriente.

Vista de la exposición sobre Darcy Lange.Cuando el trabajo es el arte

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SU COMPROMISO

El deber ético de Lange se daba desde el realismo, en conversación con el cine estructuralista y desde una posición de artista (para lo que servía el entonces nuevo medio, el video). Cabe destacar la constancia sistémica con la que abordaba estas, como él las denominaba, documentaciones.

En cine 16 mm, fotografía o cinta magnética o las tres simultáneamente, su labor consistió en concebir la imagen del trabajo como trabajo, como ocupación, como actividad y como consumo de tiempo”.

Investigando las conexiones entre los medios de representación de la realidad, su principal contribución está en el video como sistema alternativo a los medios de masas mainstream.

Su inmersión en las comunidades mineras de Calverton y Pleasley, en Nottingham (1973) o en cuatro empresas de Bradford, “A Documentation of Bradford Working Life” (1974) se caracteriza por su mirada realista, directa y frontal.

Esta exposición se centra en la investigación sobre el Darcy Lange Estate que custodia el Govett-Brewster Art Gallery en Nueva Zelanda llevada a cabo por la asociación Tractora Koop E., en esta ocasión formada por las artistas Ainara Elgoibar, Uxue Arrieta y Vicente Vázquez.

Se trata de la segunda muestra realizada comisariada por la especialista en el artista Mercedes Vicente. La obra de Lange se completa con aportaciones de los propios artistas y Dan Graham, Mierle Laderman Ukeles, Ibon Aranberri y el cineasta Ferran Llagostera, entre otros.

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INSPIRACIÓN PARA UNA NUEVA GENERACIÓN

Darcy Lange es un espejo para el artista contemporáneo: hay aquí documentos en los que se ven esas facetas del arte que consumen gran parte del tiempo: pedir financiación, reescribir la propia obra, hacer documentos escritos, encajar las negativas. La precariedad del arte y también el nomadismo, pues en todos los años que pasó en Europa, a Lange no se le conoció domicilio fijo más allá de su Citroën 2CV con el que iba a todas partes.

En perspectiva, Darcy Lange encarnó muchos de los paradigmas que han dado forma al capitalismo tardío: el viaje y la globalización; la destrucción del trabajo y con ella, de la clase obrera; también el multiculturalismo, ejemplificado en su compromiso político con la comunidad maorí en una variante del artista como antropólogo.

No menos relevante fue su pasión por el flamenco, cultivada en sus viajes a España. El flamenco le proporcionó una actividad periférica pero sustancial y que adquiere valor con el paso del tiempo. A este respecto, Dan Graham escribió:

“Lange pone a funcionar la relación de la música en una nueva perspectiva antropológica. Su obra no sólo reflexiona sobre la relación política entre obra, música y arte, sino que permitiendo una recuperación documental, popular y accesible del pasado reciente, cobra un valor mucho más amplio”.

Esta exposición desborda en contenido y horas. El contexto de su presentación interroga aún más sobre el trabajo del artista en la industria cultural.




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