Abusar de las pantallas sobrecarga la inteligencia de los niños
Un estudio marca como límite máximo dos horas diarias de uso con dispositivos como tabletas y teléfonos celulares
El efecto del abuso de pantallas entre los más jóvenes es todavía un campo de investigación muy nuevo y controvertido. Pero los primeros estudios que se están realizando para analizar sus consecuencias deben tomarse como una llamada de atención, porque hay señales que indican que sobrecarga el desarrollo cognitivo de los menores.
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EL ESTUDIO
Compara el desempeño intelectual de cuatro mil 500 niños estadounidenses de entre ocho y 11 años de edad en función de las recomendaciones dadas por un plan canadiense denominado “Movimiento 24 horas”: entre nueve y 11 horas de sueño, al menos una hora diaria de ejercicio y menos de dos horas de ocio con pantallas. Las conclusiones, publicadas en The Lancet Child & Adolescent Health, son muy claras: cuantas más recomendaciones individuales cumplan niños y niñas, mejores serán sus capacidades.
Pero hay una pauta que destaca sobre las demás: el tiempo dedicado a los dispositivos es el que tiene una relación más fuerte con la maduración intelectual. “Descubrimos que más de dos horas de tiempo recreativo con pantallas se asocian con un peor desarrollo cognitivo en los niños”, concluyen los investigadores de la Universidad de Ottawa. Además, debido a este hallazgo, recomiendan que pediatras, padres, educadores y políticos promuevan una “limitación del tiempo de pantalla recreativo y prioricen unas rutinas saludables de sueño durante la niñez y la adolescencia”.
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Los niños estudiados —controlados por ingresos, educación de los padres y otras variables— completaron una prueba que evaluaba las habilidades del lenguaje, la memoria episódica, la función ejecutiva, la atención, la memoria de trabajo y la velocidad de procesamiento. Y cuantas más recomendaciones cumplían, mejor era su puntuación en esta prueba. Pero sobre todo si limitaba su sedentarismo tecnológico por debajo de las dos horas marcadas en la pauta. “Para las familias es muy importante, porque si quieren optimizar la salud cognitiva de los hijos deberían prestar atención a estos comportamientos”, explica el líder de este estudio, Jeremy Walsh.
El investigador recuerda que cuando hablan de “tiempo de pantallas” —screentime, en inglés— se refiere a todo tipo de aparatos como celulares, tabletas, ordenadores, videojuegos y también la televisión. Los niños pasan tres horas y media diarias de inactividad frente a una pantalla y las niñas cuatro horas al día, según el estudio.
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LA IMPORTANCIA DEL SUEÑO
Otro aspecto muy destacado, sobre todo cuando se combina con el tiempo de ocio tecnológico, es la falta de sueño entre los menores. Numerosos estudios han señalado que el sueño desempeña un papel importante en el desarrollo y la plasticidad del cerebro y una buena calidad y cantidad de sueño se asocia positivamente con la cognición y el rendimiento académico en niños y adolescentes. Lo que descubren en este estudio, en el que sólo la mitad de los menores duerme lo recomendado, es una conexión entre la falta de sueño y el uso de dispositivos. Según explican los investigadores, el sueño “necesitaba combinarse con el cumplimiento de la recomendación de tiempo de pantallas para tener un efecto positivo”. Este hallazgo plantea la posibilidad de que el uso diario de más de dos horas de pantallas recreativas atenúe los beneficios del sueño para la inteligencia general de los niños.
El estudio norteamericano seguirá la evolución de los niños durante diez años, pero de momento muestra una foto fija de la asociación entre estos aparatos y la capacidad intelectual de los niños que no permite conocer con seguridad el origen de esta correlación.
¿Puede ser que sean los niños menos capaces los que usen más los dispositivos y no al revés? “No podemos establecer causalidad en nuestro estudio”, admite Walsh, “pero lo que sí puedo decir es que dos tercios de los niños estudiados incumple las pautas de ocio con pantallas, por lo que la respuesta debe ser más complicada que pensar que los menos capaces tienden a usarlas”.
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LA INFLUENCIA DE LOS DISPOSITIVOS ELECTRÓNICOS
Los investigadores advierten de una importante laguna en su trabajo que debe estudiarse en el futuro, la que se refiere al tipo de actividad que realizan los niños con esas pantallas.
“Debemos concentrarnos en investigar la influencia que tiene este tiempo de ocio en función del tipo de contenido y el uso que hacen con los menores: redes sociales, videojuegos, chatear, tareas educativas…”, asegura Walsh, porque considera que quizá no todos estos usos influyan de la misma forma en la maduración intelectual.
“No queremos desaconsejar la utilización de estos aparatos en un entorno educativo, porque no sabemos si puede ser beneficioso, pero dado que no conocemos el efecto del contenido esta debe ser el área más importante de estudio, porque los niños crecen con las pantallas prácticamente desde su nacimiento”, resume el investigador del Hospital Infantil del Este de Ontario.
“El cerebro de una persona no acaba de madurar fisiológicamente hasta los 20-25 años, de ahí la importancia de no poder sacar conclusiones definitivas sobre la influencia de unas variables concretas en el funcionamiento cognitivo global si no se tienen en cuenta diferentes grupos de edad, en donde pueden mediar además otras variables”.