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Sospechosos pasos de Fidel Herrera en Europa

A su consulado, además de Cataluña, se le había sumado la Comunidad Valenciana y el País Vasco

Ciudad de México.

Sospechosos pasos de Fidel Herrera en Europa

Fidel Herrera fue nombrado cónsul de México en Barcelona por orden del presidente Enrique Peña Nieto. Con ese respaldo, el exgobernador de Veracruz no se arredró ante el repudio que provocó su arribo a Cataluña y buscó ampliar su influencia a Andorra, territorio que durante su gestión, de octubre de 2015 a enero de 2017, estuvo en la lista de los paraísos fiscales elaborada por la Unión Europea debido a su “régimen fiscal pernicioso”, que permite el refugio de fortunas que se esconden del fisco de sus países.

Este pequeño principado, de 80 mil habitantes y con uno de los mayores PIB per cápita, no formaba parte de la representación consular de Herrera. Pero él hizo gestiones, incluso viajes “extraoficiales” a Andorra.

“Fidel no aparecía como cónsul en Andorra, pero lo intentaba de facto. A su consulado, además de Cataluña, se le había sumado la Comunidad Valenciana y el País Vasco”, asegura una fuente diplomática en entrevista para The Cartel Project, una investigación del consorcio internacional de periodistas Forbidden Stories, en la que participan 60 reporteros de 25 organizaciones y medios de 18 países, incluido Proceso.

Contactadas en el marco de esta investigación internacional, otras dos fuentes confirman que Herrera se hacía pasar como cónsul de Andorra pese a no formar parte de su jurisdicción.

El porqué Fidel Herrera pasaba tanto tiempo en Andorra no está claro, pero el estatus de ese país como un centro bancario extraterritorial secreto dispuesto a aceptar dinero sucio de todo el mundo puede ser un indicio.

Una de las iniciativas que hizo suya fue apoyar el esfuerzo que meses antes de su llegada había iniciado un grupo de mexicanos residentes en ese país para crear un consulado honorario, encabezados por Juan Carlos Valladares, propietario del restaurante mexicano La Adelita y quien preside Mexicanos en Andorra (Mexand), asociación que promueve la imagen y la cultura de México en ese territorio ubicado en la frontera hispano-francesa.

Pero el proyecto se estrelló con una negativa.

Fidel Herrera llegó al cargo “levantando una polémica impresionante y vamos a decir que eso no nos ayudó”, explica Valladares en entrevista para esta investigación periodística.

“Si me preguntas si esto (la polémica llegada de Herrera) nos ayudó, siento que fue una de las cosas que lo pudo haber frenado, pero no nos dieron una explicación oficial”, dice.

“Supe que para la (entonces) embajadora (mexicana en España, Roberta) Lajous no era un momento óptimo de instaurar un consulado en Andorra”, porque este país lo podía interpretar como una respuesta de México ante el escándalo por la intervención de la Banca Privada d’Andorra (BPA), “(entidad financiera) en la que había cuentas de mexicanos (como) Juan Collado (abogado de Enrique Peña Nieto) y cosas de ese calibre”, comenta.

En marzo de 2015 el gobierno de Andorra intervino el BPA, luego que la estadunidense Financial Crimes Enforcement Network denunciara que los gestores de esa entidad bancaria facilitaron operaciones de blanqueo de dinero de organizaciones criminales de distintos países. Meses después seguía fluyendo información que incluía a figuras de la política mexicana lo mismo que del llamado Cártel de Sinaloa.

El gobierno mexicano, explica el chef, no quería que lo del consulado honorario “se interpretara como una política de respuesta o que se iba a intervenir a favor de esta gente (de los mexicanos con cuentas opacas en BPA). A nosotros nos pareció una decisión correcta, porque nosotros tampoco queríamos vernos involucrados en esos temas”.

Valladares acepta que es difícil explicar que la asociación que representa (Mexand) se vinculara con Herrera con una reputación pública tan cuestionada, pero aclara que lo hicieron porque era el cónsul designado por el gobierno. “No podíamos congelar lo que teníamos avanzado. (Su nombramiento) era decisión del presidente. No estaba en nuestras manos”.

–¿Fidel Herrera hizo viajes a Andorra? –se le pregunta.

–No en visitas oficiales, pero sí extraoficialmente. Fue a ver a un amigo. Y comieron en mi restaurante. Nos acercamos, hablamos con él y nos tomamos la clásica foto con el cónsul, dice, aunque sin poder identificar a ese amigo de Herrera, ni siquiera cuando se le pregunta si éste era Jordi Segarra Tomás, el consultor político que ha trabajado para el PRI y a quien se asoció con la iniciativa del consulado.

RELACIONES TÓXICAS

Desde su llegada a Barcelona, Herrera fue monitoreado de forma independiente por investigadores de la policía catalana, los Mossos d’Esquadra, y por la DEA. En México ya eran ampliamente conocidas las acusaciones de sus presuntos vínculos con el narcotráfico, pero sin que alguno se hubiera traducido en casos penales. De hecho había tenido amplia difusión la fotografía –publicada por el diario Reforma– en la que se ve cabalgando juntos a Herrera y a Francisco Pancho Colorado, el empresario sentenciado en Estados Unidos por blanquear dinero de Los Zetas, y que era el colofón de informaciones de inteligencia en aquel país y en México que confirmaban la estrecha relación entre ambos.

Los investigadores catalanes elaboraron un diagrama que vinculaba al cónsul con personajes de distintos ámbitos, tanto personas relacionadas con el tráfico de drogas en Cataluña como otros que han sido señalados con redes de blanqueo de capitales.

“Los servicios de inteligencia criminal de los Mossos recibieron información sobre el cónsul mexicano respecto de cómo podría estar relacionado con redes de blanqueo de dinero y de tener relaciones criminales con importantes traficantes de drogas en Cataluña”, explica Toni Rodríguez, un alto mando de la División de Investigación de los Mossos.

El diagrama lo vincula, entre otros, con Jordi Segarra, el consultor político andorrano que asesoró a candidatos del PRI a gobernador en los estados mexicanos de Coahuila, Nayarit y México. Una simple palabra en el esquema describe su relación: “Colabora”.

En enero la Unidad de Inteligencia Financiera informó que había congelado 36 millones de pesos de las cuentas de Segarra en México, derivado del proceso abierto contra el director de Pemex, Emilio Lozoya, como informó Reforma. La Fiscalía General de la República confirmó que Segarra estaba bajo investigación por lavado de dinero mientras trabajaba para el PRI.

Proceso publicó en noviembre de 2015 que en una visita a la embajada en Madrid, Herrera anunció que su prioridad en el consulado sería conseguir la reanudación del vuelo México-Barcelona. Para esa gestión –que tenía también el propósito de limpiar su imagen– buscaba los servicios de Segarra.

Consultado para esta investigación, Segarra niega haber trabajado con Herrera. “No teníamos más relaciones. Lo conozco como conozco a muchos políticos en México. Nunca he hecho nada con él”.

Asegura haber ido a cenar un par de veces con él cuando era cónsul. “Una vez nos quedamos en Barcelona y una vez en Andorra, en el único restaurante mexicano que hay. Estaba muy interesado en ese momento por un vuelo directo entre México y Barcelona, pero no trabajé para él”.

Su relación data de 2010, dice, al final de su mandato como gobernador de Veracruz. “Tuvimos una relación amistosa”, pero “no trabajé para Herrera para ser cónsul honorario de Andorra”, afirma.

El detallado diagrama elaborado por los Mossos d’Esquadra también muestra como una relación destacada la del cónsul con el empresario chihuahuense Bernardo Domínguez Cereceres, propietario del grupo editorial Malpaso, cuya sede se encuentra en Barcelona.

Domínguez fue detenido en mayo de 2018 por orden del juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata, quien le investiga como socio y parte del entramado de corrupción de Jordi Pujol Ferrusola, primogénito del expresidente catalán, Jordi Pujol, patriarca de la familia más poderosa de Cataluña, aunque hoy está defenestrada.

Domínguez sigue en libertad con medidas cautelares en esta causa por presuntos delitos de blanqueo de capitales, falsedad documental y por ocultar mediante operaciones en México fondos de Pujol depositados en Andorra que están sujetos a procedimiento judicial.

Domínguez y su editorial aparecen también en un informe sobre el cónsul realizado en 2018 a petición del ayuntamiento de Barcelona. El informe cita fuentes confidenciales que aseguran que Herrera tiene intereses económicos tanto en la librería como en un restaurante.

“Una de las huellas más destacadas (de Fidel Herrera) a nivel empresarial es la librería Malpaso”, se puede leer en el documento titulado La herencia de Fidel Herrera en Barcelona: informe a un año de su renuncia al cargo de cónsul.

Aunque era conocido que Herrera frecuentaba las exposiciones y subastas de arte en ambos locales, esta investigación periodística no ha podido encontrar pruebas de que tuviera participaciones en ninguna de ellas.

Consultado sobre sus vínculos en negocios o relación comercial con Fidel Herrera, Bernardo Domínguez lo niega: “Ninguna, de ningún tipo, nunca. Nunca le compré o le vendí nada. Jamás me planteó un negocio”.

Acepta que sólo se veía para comer con Herrera cuando éste estuvo en Barcelona, y que le visitó en México durante su hospitalización tras sufrir un ictus. Bernardo Domínguez y Rosa Borunda, esposa de Fidel Herrera, son paisanos, ambos de Chihuahua, y él fue muy amigo de Mónica, ya fallecida, hermana de Rosa y cuñada de Fidel Herrera.

De hecho, en la entrevista dice que en su boda, celebrada en Cataluña en marzo de 2016, Fidel y su esposa fueron invitados. “Su mujer conocía a mi madre en Chihuahua”.

Entre los contactos significativos que los investigadores documentaron de Fidel Herrera destacan sus encuentros con Simón Montero Jodorovich, presunto líder de la saga más activa en la distribución de droga en Cataluña, que ha sido investigada por tráfico de drogas, blanqueo y tenencia ilícita de armas. En 2019 los Mossos detuvieron a miembros del clan Jodorovich en una trama de blanqueo de capitales procedentes de la droga, en la que estuvieron involucrados los cónsules honorarios de Albania, Malí y Croacia en Barcelona.



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