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Sin poder recuperarse a un mes de tormenta

La señora Ramona Aguayo Martínez solamente se quedó con la ropa que traía en ese momento

Tras un mes desde que el huracán Hanna dejó cuantiosos daños en viviendas, en Reynosa hay familias que aún no pueden recuperar nada de lo que perdieron, y viven de cosas que les regalan y apoyos que les dan.

En estas calles el agua adentro de las viviendas llegó a más arriba de la cintura y afuera el agua tapaba a las personas.Sin poder recuperarse a un mes de tormenta
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Sí me desespero, pero qué hago, le doy gracias a Dios que estoy viva, que nadie estamos mal.¨ Ramona Aguayo Martínez, habitante de la colonia Azteca

Tras un mes desde que el huracán Hanna dejó cuantiosos daños en viviendas, en Reynosa hay familias que aún no pueden recuperar nada de lo que perdieron, y viven de cosas que les regalan y apoyos que les dan.

La señora Ramona Aguayo Martínez, habitante de la colonia Azteca, comentó que estima que perdió más de 15 mil pesos en sus pertenencias.

Solamente se quedó con la ropa que traía en ese momento, al salir de su vivienda. 

Actualmente duerme en unas colchonetas que regalaron, y tiene ropa que le han dado porque tiene todo en cajas. 

“Me quede sin cama, sin ropero, acababa de comprar mi mueble para la ropa y se me fue la cuna de la niña, el comedor, uno de poquito hace sus cosas, el centro de la sala para la televisión, si me quede sin nada hasta la fecha no tengo cama, ni colchón, no he comprado nada, no he podido comprar nada, incluso en esa de la inundación me corté y todavía no puedo sanar de mi pie, me fue como en feria, con la ropa que traía, que salí, fue lo único que me quedo”, dijo. 

Y agregó: “de lo que han traído y recolectado pero a veces no me queda la ropa, pero no me quedó nada, ahora pues para hacerme de mis cosas hay que trabajar y comprar buscar en Facebook baratos, usados, voy a comprar un colchón barato porque ya me duele la espalda”. 

La señora, vive en la calle, Mexica número 1020 y recuerda que el agua le llegó arriba de la cintura dentro de su vivienda, pero afuera la tapaba. 

“Sí me desespero, pero qué hago, le doy gracias a Dios que estoy viva, que nadie estamos mal, el agua adentro me llegó arriba de la cintura, pero afuera me tapaba”, expresa.

Tras un mes desde que las lluvias dejaron desbordamiento de canales, drenes y la laguna La Escondida, ahora las familias comienzan a recuperar sus coas, aunque hay algunas que todavía no pueden y siguen durmiendo en colchonetas y con lo que otras personas o autoridades les entregan. 



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