Procura contribuir al sustento familiar
Se da a la tarea de buscarle, ante las necesidades que enfrentan
Esta es la historia de muchos hombres en el estado, sin embargo, Juan Diego Moreno Sarmiento, tiene apenas 10 años de edad.
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Diego busca mejorar su calidad de vida y darle un mejor futuro a su familia. Por ello, visita negocios del municipio de Río Bravo, en busca de empleo.
Esta es la historia de muchos hombres en el estado, sin embargo, Juan Diego Moreno Sarmiento, tiene apenas 10 años de edad.
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El caso de este pequeñito hubiese quedado en el anonimato, sino es porque Juan Pablo Márquez Bautista le ofreció ayuda para que al menos pueda llevar alimento a su humilde hogar.
Juan Pablo, quien tiene una barbería en Río Bravo, cuenta que cierto día Diego llegó a su negocio para preguntarle si tenía un empleo para él.
“Venía de la escuela con su mamá, ella se quedó afuera y le dije que no había trabajo para él, le dije que volviera en unos días para ver qué salía”.
Al tercer día, el niño volvió justo cuando Juan Pablo terminaba un corte por lo que le dio una escoba para que recogiera el cabello del suelo.
“Yo le di 20 pesos, algo significativo por la ayuda que me dio. Y más que nada, para que aprendiera que todos debemos ganarnos el dinero, pero la lección nos la llevamos todos”.
Acto seguido, Juan Pablo subió una fotografía en Facebook, de Diego barriendo el local, lo que desató que a la fecha, cuente con más de 341 mil likes y 66 mil veces se ha compartido su historia.
“Yo no sabía qué pasaba en su vida. Subí una foto a Facebook y me saqué de onda de tanta gente que estaba viendo la historia de Diego, la estaban compartiendo y querían ayudarlo”.
Comenta que habló con la mamá de Diego para que autorizara que Diego le ayudara en la barbería, ya que no podía darle trabajo porque era menor de edad.
“La única condición que le puse al niño fue que no dejara la escuela, que siguiera estudiando y que cumpliera con las tareas”.
DIFÍCIL SITUACIÓN
La situación económica, moral y de salud de Diego y su familia, es más que difícil. María Teresa Sarmiento Morales, madre de Diego, sufre de convulsiones; José Luis Moreno, su padre, es sordomudo y cuenta con una hernia que hasta la fecha no han podido operarle pues no cuenta con recursos económicos.
Ellos habitan un pequeño cuarto de madera que pese a sus carencias, mantienen bajo llave para que algún intruso no se lleve sus escasas pertenencias.
Accesar a la vivienda es como participar en una carrera con obstáculos.
Se deben literalmente saltar ropa, zapatos, muebles viejos y toda clase de objetos para poder abrir la puerta de madera que está a punto de caer.
Al abrir la puerta, apenas se ve un cuarto, una cama, garrafones con agua y un pequeño espacio por donde Diego y sus papás entran por las noches, tan sólo para dormir.
No cuentan con energía eléctrica, gas o agua potable.
EN VOZ DE DIEGO
Diego es un niño tranquilo, le gusta platicar que su situación no es fácil, pero que hacen lo posible para salir adelante.
“A veces no tenemos comida o no tengo ropa, pasé a sexto año. Necesitamos la ayuda. Estoy en la escuela Emiliano Zapata”.
Actualmente acude a la barbería donde la clientela lo reconoce, le da propinas y hace su labor con mucho mayor gusto.
“Una señora me trajo una bolsa con papitas, jugos y galletas. Aquí los tengo porque me los estoy comiendo despacio”.
Apenas observa que durante algún corte, el cabello cae al piso, toma la escoba y el recogedor y realiza su labor.
Juan Pablo Márquez Bautista, quien diera a conocer la historia de este niño, lo observa contento, sonríe y cuenta que le gusta mucho ayudar, que es un buen niño y merece tener un mero futuro.
-¿Qué quieres ser de grande Diego?
“Quiero ser así como Juan Pablo”, dice sin titubear.
Venía de la escuela con su mamá, ella se quedó afuera y le dije que no había trabajo para él, le dije que volviera en unos días para ver qué salía*. Juan Pablo Márquez, barbero