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La salud de México

Los migrantes mexicanos son héroes nacionales. Sin ellos, el país enfermo por tanta torpeza política, entraría en fase terminal

Aunque es un argumento un tanto egoísta, sostengo que los migrantes mexicanos son héroes nacionales. Sin ellos, el país enfermo por tanta torpeza política, entraría en fase terminal, y muchos de nosotros, clasemedieros o burgueses, seríamos (más) víctimas de la violencia propia de la desesperación de quienes con dificultad sobreviven. Ignoro si siguen ocupando, después del petróleo y del turismo, el tercer lugar en el rubro economía. Lo ignoro porque el gobierno no ha informado el sitio que ocupa el narcotráfico y porque la devaluación de nuestra moneda, y del precio del petróleo son realidades cuyas consecuencias modifican el lugar que ocupan las remesas de los migrantes mexicanos en nuestra maltrecha economía. 

Lo que no ignoro es el ascenso de los Trumps vecinos y el hambre de justicia de las patrullas civiles en la frontera estadounidense que buscan cazar mexicanos. De triunfar alguno de ellos, el número de connacionales forzados a regresar a la tierra que los parió y los escupió, aumentará. Bastan los Trumps y sheriffs racistas como Joe Arpaio para maltratar y regresar a tantos mexicanos como puedan. Migrantes, indocumentados, refugiados, desplazados y apátridas representan un conglomerado actual muy complejo, cuyas causas y realidades amenazan su propia salud, la de sus países de origen y la del mundo. No hablo del Apocalipsis, ni del fin del mundo, hablo de verdades. 

La salud de México

En nuestro gobierno, donde ética, planeación y eficiencia son palabras huecas, el retorno de los indocumentados agravará la Enfermedad México. La Enfermedad México se refiere a la miseria de la mitad de la población y a las magras esperanzas de curación producto de las políticas del gobierno actual y de todos los previos. ¿Exagero? Basta leer los periódicos y releer las alarmantes cifras sobre la pobreza recientemente publicadas por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. ¿De qué hablamos cuando hablamos de ética y política en México? 

La vida y la capacidad política actual en México continúa reproduciendo la frase que inmortalizó a uno de los grandes del PRI, Gonzalo N. Santos, ex gobernador de San Luis Potosí: “La moral es un árbol que da moras”. Malos tiempos presagia el retorno de migrantes. Peores aún, si los hacedores de la Enfermedad México siguen pensando en las moras como moral, y en la ética como conducta innecesaria. 

Medios de comunicación han alertado sobre la futura crisis de salud que afrontará nuestra patria por el retorno de migrantes. Dos razones: Dejarán de enviar dinero a sus hogares y algunos regresarán enfermos. Una más contribuye a profundizar la Enfermedad México: Quienes emigran lo hacen porque en sus sitios de origen la posibilidad de empleo y de manutención, personal o familiar son nulas o insuficientes. El regreso forzado, de por sí triste —una especie de fracaso—, conlleva victimización, estigmatización y la dificultad de reinsertarse en el ámbito familiar. Esos argumentos siguen vigentes: las razones por las cuales abandonaron el país —la falta de oportunidades— persisten. 

Imposible saber cuántos migrantes regresarán si algún fanático trumpista triunfa. Lo que sí se sabe, de acuerdo al Pew Research Center, organización estadounidense sin ánimo de lucro, es que el número de mexicanos deportados ha aumentado. En 2005 fueron repatriados 169 mil 31 personas; en 2013, el número aumentó a 314 mil 31. Rodolfo García Zamora, doctor en Ciencias Económicas, investigador de la Universidad Autónoma de Zacatecas, y estudioso de los procesos de migración y remesas de los migrantes, estimó que “en los próximos 15 años, seis y medio millones de migrantes volverán a México. El 80% de ellos enfermos o envejecidos prematuramente”. Desde tiempo atrás, se sabe que la atención médica que reciben los indocumentados en Estados Unidos es nula o casi nula. Al deterioro físico impuesto por las condiciones laborales y de vivienda, debe agregarse el estrés mental. 

Ejemplo crudo son los migrantes que adquieren sida en Estados Unidos al modificar sus prácticas sexuales y que sufren el rechazo de las autoridades sanitarias de ese país para tratarlos. La estigmatización, y la realidad del Seguro Popular, con frecuencia, carente de recursos para afrontar el problema, profundizan el embrollo. ¿Qué dicen nuestras autoridades de salud?, ¿qué harán con los migrantes enfermos? 

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