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El presidente de México y su participación en el G20

El gobierno de México optó por no aplicar un confinamiento obligatorio pese al brote de Covid-19. Hasta ahora, 100 mil 823 muertes y un millón 25 mil 969 contagios reportados de manera oficial

Arabia Saudita inició este sábado, en formato virtual, la cumbre del G20, la primera que se celebra en un país árabe, sujetada por los esfuerzos para frenar la pandemia del nuevo coronavirus y sus devastadoras consecuencias económicas, entre ellas “la deuda”.

La reunión de dos días de los países más ricos del mundo – y  México de colado, se celebra en medio de críticas por su respuesta a la recesión mundial y cuando el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue sin reconocer su derrota en las elecciones presidenciales.

El presidente de México y su participación en el G20

El presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo dos participaciones en esta cumbre, ambas han sido muy criticadas y poco aceptadas incluso por los países pobres.

Primeramente este sábado  les sugirió a los mandatarios que la contención de la pandemia de Covid-19 debe recaer en la “responsabilidad de las personas” y no en la aplicación de confinamientos obligatorios, una actitud opuesta a los países europeos.

López Obrador enfatizó que se debe “confiar más en la responsabilidad de la gente. Garantizar ante toda circunstancia la libertad y abandonar la tentación de imponer medidas autoritarias como el confinamiento excesivo o el toque de queda”.

El gobierno de México optó por no aplicar un confinamiento obligatorio pese al brote de Covid-19. Hasta ahora, 100 mil 823 muertes y un millón 25 mil 969 contagios reportados de manera oficial.

También sugirió que la atención médica, así como la aplicación de vacunas y medicinas debería ser “gratuita y universal”. Aclarando que es una de los proyectos que México presentó ante la ONU.

Este domingo AMLO presentó dos propuestas de “alivio” al G20; quitar montos de deuda a los países pobres del mundo y acceso a créditos con tasas preferenciales.

“Hacer realidad el compromiso de quitar montos de deuda y del pago de servicio de la deuda a países pobres del mundo. Garantizar que los países de ingreso medio puedan tener acceso a créditos, con tasas de interés equivalentes a las que están vigentes en países desarrollados”.

El presidente aseguró que la crisis económica por el coronavirus afectó la actividad productiva nacional y disminuyó el crecimiento en una proporción sin precedentes en los últimos 90 años;  – y aunque usted no lo crea – reconoció ante los líderes del G20, que la deuda pública nacional se incrementó del 44.8 al 51.1% del Producto Interno Bruto (PIB) por la pandemia de Covid-19; afirmó que de no atenderse se convertirá en una amenaza para la estabilidad económica y el bienestar social.

López Obrador explicó que la deuda pública mundial también creció en un promedio de 20% y pidió a los líderes del G20 atender el tema antes de que se convierta en una nueva amenaza para la estabilidad económica y el bienestar social de los países.

Reconoció que en México todavía no se logra recuperar los empleos formales perdidos por la pandemia y afirmó que para marzo de 2021 se alcanzará de nueva cuenta los 20 millones de trabajadores inscritos ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).  

Lo bueno de todo esto es que al fin el presidente reconoció que andamos mal, muy mal, lo malo son sus propuestas que no comprometen a nada, solamente para culpar a la población por los contagios de la pandemia y pedir se libere de la deuda pensando en los pobres, esos mismos pobres de Tabasco que tienen cerca de dos semanas sumergidos en el agua, cuyo fondo para desastres él se acabó.

P.d. No quiero levantarle falsos al presidente,  también aconsejo a los mandatarios más poderosos e influyentes del mundo que ¡limitaran su consumo de azúcar! Para que le enseñaban a usar el zoom.