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El interés nacional: cuatro puntos frente a Trump

¿Qué queremos los mexicanos con Trump? ¿Queremos confrontarlo, negociar con él, acomodarnos a sus intenciones, o una combinación de todas las anteriores?

¿Qué queremos los mexicanos con Trump? ¿Queremos confrontarlo, negociar con él, acomodarnos a sus intenciones, o una combinación de todas las anteriores?

Lo primero es definir el interés nacional. Mientras no tengamos clara su naturaleza y alcances, Economía dirá por aquí: “la prioridad es la defensa del TLCAN”; Relaciones Exteriores dirá por acá: “el imperativo es la protección de los mexicanos en el exterior”; Defensa y Marina dirán por allá: “la salvaguarda de la seguridad nacional y de las fronteras, como esfuerzos compartimentados y no como una estrategia coherente y consistente”. ¿Cómo favorecer sinergias? Veamos:

El interés nacional: cuatro puntos frente a Trump

1. Diagnóstico. ¿Cómo articular las piezas del Estado mexicano? Se necesita el concurso de los tres poderes de la Unión; de civiles y militares; estados y municipios; empresarios, trabajadores, academia, iglesias, organismos de la sociedad civil, y mexicanos en el exterior. No basta una convocatoria cupular, es preciso articular desde abajo hacia arriba.

2. Negociación. ¿Qué quiere Trump con México? Conocer a nuestro interlocutor es crucial. ¿Qué queremos nosotros que ocurra? —debemos poner nuestra agenda sobre la mesa. Trump es altamente impredecible, pero su conducta registra constantes: valora la habilidad empresarial y tiene un enfoque transaccional sobre los negocios; conoce sus fortalezas y deja claro que las hará valer a lo largo de todo el proceso; ve de manera natural que cada parte defienda su propio interés. No le teme al nacionalismo; lo considera el camino lógico a seguir por cada país. ¿Qué piensa al respecto EPN?

3. Dignidad. El hecho de que Slim y Videgaray tengan canales de comunicación en el entorno de Trump no llevará a que él nos trate mejor. Si mantenemos una posición digna, sustentada en nuestra propia gente, nos va a escuchar; si nos arrodillamos, nos va a humillar y a imponer unilateralmente su agenda. Es fundamental tener claridad sobre los temas no negociables, así como las fichas de negociación y los aliados con que contamos en EU.

4. La razón de Estado. No es defender el statu quo, sino convertir al nuestro en un país habitable. No es coleccionar y defender tratados como un fin en sí mismos, sino invertir en nuestra propia gente. No es apostarle a generosas concesiones de nuestros vecinos, sino liberar a los mexicanos de las ataduras de la ignorancia y la improductividad.

Ya está en curso un diálogo entre nosotros mismos y con interlocutores cruciales. Juan Pablo Castañón multiplica contactos con la Cámara Americana de Comercio aquí y allá. José Luis Gutiérrez reúne a michoacanos binacionales para pensar juntos. Alexandra Haas convoca desde Conapred a la conversación entre las iglesias de aquí y de allá. Jesús Campos desde Fides impulsa la inversión de migrantes retornados en las empresas de la economía social en sus comunidades de origen. Jill Anderson y Maggie Loredo desde ODA, y Rebeca Vargas y Raúl Rodríguez Barocio desde la Fundación México-Estados Unidos (USMF) y el Tecnológico de Monterrey, promueven el diálogo binacional de jóvenes líderes. Sergio López Ayllón desde el CIDE llama a fortalecer la cooperación académica con las universidades de allá, y Blanca Heredia y Mónica Jacobo, también desde el CIDE, promueven la inserción educativa y laboral de los deportados.