Editoriales > FONDO Y FORMA (ABEL OSEGUERA KERNION)

Desesperación

Están de dar vergüenza, la desesperación de bajar a López Obrador ha orillado a los diferentes frentes políticos a comenzar una campaña de desprestigio y ataques que están lejos del sentido común.

Están de dar vergüenza, la desesperación de bajar a López Obrador ha orillado a los diferentes frentes políticos a comenzar una campaña de desprestigio y ataques que están lejos del sentido común. Y aunque la coalición PAN-PRD-MC de Ricardo Anaya abrió dos frentes; uno contra AMLO y otro contra Meade; Para eso envió estratégicamente a Corral, gobernador de Chihuahua a golpear a Meade y toda el ala del Presidente Enrique Peña Nieto, con órdenes de aprehensión y expresiones públicas de un revanchismo económico ejercido por la Secretaría de Hacienda para someterlo y disciplinarlo.

Aclaro, esa estrategia siempre le funcionó a EPN, sobre todo con los gobernadores perredistas, incluyendo al jefe de gobierno de la Ciudad de México. Mientras por otro lado envió a Yunes Linares, gobernador de Veracruz a atacar a Andrés Manuel López Obrador. Quien por cierto da asco escuchar cuando su imagen en Veracruz está totalmente deteriorada, sin el mínimo necesario de credibilidad democrática y de honestidad. Esa porquería de imponer a su hijo como su sucesor de verdad es para vomitarse.

Desesperación

Ahora bien el equipo de Meade y la presidencia han cerrado filas y estarán creando un ambiente de cargada que intenta penetrar en el electorado para generar la sensación de que está reñida la pelea entre Meade y AMLO y ya en esos menesteres cometer un fraude electoral al estilo Estado de México. Por eso han contratado una firma publicitaria de Estados Unidos para desinflar al puntero. Casualmente es la misma que contrató Fox en el 2006.

Los primeros ataques han sido como llamar a López Obrador sólo por un apellido y algo de dar flojera y que ni un infante creería; las pintas en las bardas de Venezuela. Caray, los del PRI no sólo no gobiernan bien, no sólo son corruptos, también se están dejando estafar por esos consultores electorales americanos, que les están robando su dinero con ideas y refritos novelescos ya muy trillados, como el de la intervención rusa.

Déjeme le cuento amigo lector, por si usted no está enterado, eso del cuento ruso, más o menos le funcionó a Hillary, pues en Estados Unidos muchos perciben a los rusos como enemigos naturales del capitalismo. Bueno y es que la visión del socialismo y comunismo en EU es bastante pobre, los norteamericanos no lo entienden bien.

Pero bueno, no ha sido el único lugar en el mundo dónde se ha usado la imagen de Putin y Rusia como interventores contra la democracia. Ese mismo argumento intervencionista se dio durante las elecciones en Francia, Alemania y durante el plebiscito separatista de Escocia y Cataluña.

Lo que no toman en cuenta esos consultores es que la imagen de Putin en México no es del todo mala y que si acaso el enemigo extranjero número uno en el sentimiento nacional es en realidad Donald Trump.

De hecho hay muchos mexicanos que creen que un Putin es lo que necesita el país. No estoy de acuerdo, yo pienso que México tiene su propia identidad y diferentes necesidades. Pero señalar que Rusia está interviniendo para desprestigiar al Presidente y su partido, por Dios, si yo fuera Putin ni un centavo le invertía, no lo necesita, solito el gobierno se ha estado ganando a pulso ese desprestigio tras cinco años de fracasos económicos, cientos de burlas a la democracia y miles de desfalcos al erario que han sido sacados a la luz.

El gobierno federal y sus reformas privatizadoras han sido un rotundo fracaso y una evidente estrategia para apropiarse de los bienes públicos. Bueno, y qué decir de los constantes deslices y pifias del mismo Presidente.

Para bajar a López Obrador debieron gobernar bien por cinco años, cosa que no hicieron. Estaban muy ocupados haciendo negocios y tapando corruptelas de los gobernadores priistas. Este ha sido un gobierno lleno de escándalos y muy alejado del sentimiento y dolor popular. Ahora están pagando el costo de sus errores y avaricia. Cosa que esperan reponer con una elección amañada a su favor.

Así las cosas, Anaya está decidido a bajar a Meade a un alejado tercer lugar para intentar apropiarse de los intereses económicos que puedan obligar a los gobernadores priistas apoyarlo a él y no irse con un Meade, quien se acerca al despeñadero. Y quienes apoyan a Meade intentan hacer lo propio con Anaya.

La ventaja de estos últimos es que le tienen guardaditas corruptelas a Anaya. Y lo pueden mandar a guardarse como lo hizo Diego Fernández de Cevallos en 1994, para que sea una lucha de dos.

abeloseguerakernion@gmail.com