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De locos a locos

Dos noticias diferentes dan la medida exacta del manejo de la economía en dos países que en breve pueden dejar de ser socios, porque a uno ya no le conviene cargar con las pifias del otro.

Dos noticias diferentes dan la medida exacta del manejo de la economía en dos países que en breve pueden dejar de ser socios, porque a uno ya no le conviene cargar con las pifias del otro. El secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz, anunció ayer la solicitud de un nuevo crédito por mil millones de dólares, para completar el inicio del principio de la primera parte de lo que será el nuevo aeropuerto de la CdMx.

Al hacer el anuncio, eso sí, dejó en claro que este crédito no representa, de ninguna manera, mayor deuda pública, ni garantía del gobierno o deuda que comprometa los recursos públicos. ¡Oh, mago, magazo! Luego explicó que se hará a través de una Fibra E, por lo que se ofrecerá a las afores con el fin de conseguir recursos económicos para la edificación de la terminal aeroportuaria y que las administradoras obtengan mayores rendimientos por el tipo de proyecto. Van a hacer un favor a los trabajadores.

De locos a locos

Nomás que, desde el anuncio de la implementación de la Fibra E (Fideicomiso de Inversión en Energía e Infraestructura) para completar el gasto del gobierno ante las pérdidas por la baja en el precio del petróleo y las metidas de pata de los encargados de Pemex y la CFE, se dijo con todas sus letras que: “El mecanismo ya ha despertado interés en México y el extranjero,  pues representa la entrada a un fideicomiso compuesto por proyectos que ya generan ganancias, tanto en el sector energético como en el de infraestructura. ¡Que ya generan ganancia! No los cuentos  de siempre.

Van a utilizar los recursos de las Administradoras de los Fondos de Retiro de los Trabajadores en un proyecto de largo plazo que, quién sabe si tenga buen fin y, en dado caso, llegue a funcionar. No hay que olvidar que la catástrofe de México comenzó con un crédito por los 40 mil millones de dólares que trajo José López Portillo para la construcción del gasoducto Cactus, Chis-Reynosa, Tam. y el paso interoceánico multimodal de Salina Cruz, Oax. a Coatzacoalcos, Ver., que nunca pudieron operar.

La otra noticia, señala que el gigante de la tecnología cibernética Apple pagará al gobierno de los Estados Unidos impuestos por la cifra récord de 38 mil millones de dólares, lo que viene a marcar un hito y habrá de servir de ejemplo para las otras empresas americanas que se acojan a los beneficios de la Reforma Fiscal ideada por el presidente Donald Trump, quien con ello está demostrando que no está tan errado.

Además de pagar impuestos, que en México los magnates y las grandes corporaciones no pagan, Apple, habrá de repatriar a los Estados Unidos fondos en efectivo (o equivalente de efectivo), que mantiene en el exterior, bajo la nueva tasa de impuesto de repatriación del 15.5%, Eso significa que la compañía planea ingresar un poco más de 245,000 millones, que sería una cantidad similar al total de lo que mantiene fuera.

Cabe señalar que las multinacionales con sede en Estados Unidos no tenían que pagar impuestos en su país sobre las utilidades que obtenían en el extranjero, siempre y cuando las ganancias no ingresaran a Estados Unidos. Ahora, con la reforma, que vino a reducir dramáticamente las tasas para las empresas, existe un estímulo para ambas cosas: pagar cantidades razonables y repatriar los capitales tenidos en el exterior.

No faltó algún despistado que haya llamado poco cuerdo al mandatarios del vecino país, pues, creyeron que la reducción de impuestos beneficiaba a los súper ricos, y no a los trabajadores, como prometió en campaña; pero, dado el sentido y el peso de las dos noticias dadas ayer, los locos son otros. O, quizá no, porque, si el aeropuerto no se hace o no es funcional, los trabajadores perderán sus fondos de retiro y los funcionarios estarán carcajeándose en los paraísos de Europa.

Si orita no hay quien llame a cuentas a los pillos de cuello blanco, menos cuando hayan botado los trastos viejos.