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Trump y la traición a sus aliados kurdos

La cuestión es que, tras su combate contra ISIS, ahora esas milicias kurdas controlan un 25% de Siria

La situación nuevamente arde en Siria, esta vez, a causa de la intervención turca en contra de las milicias kurdas. Estas circunstancias deben ser analizadas desde al menos dos dinámicas entretejidas. Una de ellas es la propia dinámica de la guerra siria, el estado en el que ésta se encuentra, el rol de Turquía y su añejo conflicto con los militantes kurdos. El segundo factor entretejido es la decisión de Trump de retirarse de Siria y con ello, abandonar a sus aliados kurdos ante la embestida de Turquía, su otra aliada y miembro de la OTAN.

Recordando, EU forma una coalición de países contra ISIS en 2014, pero su éxito dependía enormemente del desempeño de milicias aliadas en tierra para detener a esa agrupación terrorista e irle arrebatando el territorio que controlaba. Tanto en Irak como en Siria, los kurdos fueron los más eficaces aliados de Washington para tal efecto. Gracias a ello, EU sólo tuvo que desplegar dos mil soldados de tierra en Siria.

Trump y la traición  a sus aliados kurdos

La cuestión es que, tras su combate contra ISIS, ahora esas milicias kurdas controlan un 25% de Siria. Esto es lo que tiene nerviosa a Turquía, país que, desde hace tiempo, sostiene un choque armado con la militancia kurda-turca, pero que afirma que los kurdos sirios son una rama del mismo grupo militante. Así, Erdogan ha buscado establecer una "zona de seguridad" en la frontera sirio-turca, una franja dentro de Siria que controlarían las fuerzas turcas para evitar que los kurdos sirios pusieran en "riesgo a la seguridad nacional de Turquía".

Todo lo anterior se entreteje con el factor Trump, quien desde que era candidato, consideraba que EU debía salirse de Siria tiempo atrás, sobre todo una vez que a ISIS le ha sido arrebatado el territorio que controlaba. Pero tanto el Pentágono como sus más cercanos consejeros en Washington le habían hecho retractarse, o calendarizar el retiro para que éste al menos fuese paulatino. Hasta hace unos días, Trump había accedido a dejar 1000 tropas en la zona.

Aún así, las últimas semanas, Ankara estuvo enviando el mensaje de que esta vez, su incursión contra los kurdos sirios era inminente. Al final, Trump cedió ante Erdogan. Su reacción fue la de alguien que en última instancia nunca quiso quedarse en ese lugar. Sus tuits fueron interpretados, tanto en Ankara como en Washington como un aval de Trump a la intervención turca, y como el abandono definitivo de sus aliados kurdos. El mensaje enviado al mundo parece indicar que la relación de EU con sus aliados es transaccional, limitada, sujeta a condiciones y términos, y desechable cuando un presidente siente que esos aliados "ya no le sirven".

Estas circunstancias, aparentemente "lejanas", se vienen a mezclar de manera íntima con el proceso político interno en EU. Trump está recibiendo fuertes críticas, ya no por parte de los demócratas, sino por parte de figuras relevantes de su propio partido como el senador Lindsay Graham quien ha dicho que el abandonar a los kurdos podría ser "el peor error cometido por esta administración", o que el afirmar que ISIS está derrotado es "la más grande mentira hasta ahora expresada por esta administración". Este tipo de fuego "amigo" no viene nada bien cuando se está en medio de un proceso de Impeachment o destitución por parte del Congreso y, sobre todo, coloca a los republicanos ante un dilema que no han sabido resolver: seguir expresando lo que realmente piensan vulnera la popularidad del presidente en el momento en el que más la necesita; pero callar los hace cómplices de lo que ellos saben que es una cruel traición a sus aliados kurdos.