Columnas > DR. JOSÉ GABRIEL ROSADO TRIAY

Tejido social

Desde hace aproximadamente dos décadas hemos observado un incremento sostenido de factores que atentan contra la convivencia y seguridad familiar, me refiero al permanente problema de embarazo de adolescentes, al aumento en el número de delitos del fuero común cometido por menores de edad, al incremento de niños y jóvenes consumiendo sustancias tanto lícitas como ilícitas—amén del inicio a menor edad y de que el sexo femenino tiende a crecer más rápido—suicidio juvenil, bullying en aumento y crueldad ya sea físicamente o a través de las redes sociales, entre otros.

Remarco que la problemática anterior es respecto a niños y jóvenes por lo que si le sumamos  la inherente a los adultos es por demás comprender que estamos ante una situación de extrema gravedad para salvaguardar la institución primigenia de cualquier sociedad: la familia.

Tejido social

Al hacer el análisis de las circunstancias arriba mencionadas se ha llegado a la conclusión tanto por sociólogos como autoridades que la etiología de estas está dada por el resquebrajamiento del tejido social.

Tanto se ha hablado del tejido social que valdría la pena saber que significa. De los diferentes escritos sobre esto considero que el señalado por el Politólogo-Consultor Víctor Zúñiga en El Universal el 1 de abril del 2016 es esclarecedor ‘‘… el tejido social está compuesto por todas las unidades básicas de interacción y socialización de los diferentes grupos y agregados que componen una sociedad; es decir, por las familias, las comunidades, los símbolos identitarios, las escuelas, las iglesias y en general las diversas asociaciones”.

Expuesto lo anterior quiero ahondar en un factor en especial, me refiero a la familia y de ella específicamente al papel que actualmente desarrolla la mujer en su faceta de madre, esposa y trabajadora, sí, 3 en 1, sin que sea tomada en cuenta esta condición cuando oímos hablar de la recuperación del tejido social tanto por parte del Gobierno Federal como el Estatal. 

Me explico: la mujer esposa y madre fue durante siglos el factor de cohesión familiar, pero llegado el momento tuvo que incorporarse a la plantilla laboral para complementar el ingreso (precario en la mayoría de los casos)  familiar. 

Si previo a esto se entendía al hombre como proveedor y a la mujer a cargo del hogar, ahora vemos al hombre como proveedor parcial y a la mujer como proveedora parcial y encargada absoluta del hogar aún, o sea que le aumentamos la carga sin que el varón, salvo contadas excepciones, aligere la carga de la casa. 

Aunado a esto nos encontramos que a la mujer se le paga en promedio menos de lo que gana un hombre en trabajos similares, a la hora de los ascensos predomina el machismo,  y si hablamos de acoso también es un problema por resolver.

Dicho lo anterior considero primordial para la recuperación del tejido social que se dignifique el trabajo de la mujer, salarios similares a los hombres, así mismo es menester aumentar el salario en general, sabemos que el Tratado de Libre Comercio está en renegociación y que un punto toral es que en México el trabajador gana una octava parte de lo que ganan sus pares en Canadá y Estados Unidos, sé que es utópico igualarlos pero un aumento digno no dañaría las ganancias de las transnacionales.

Resumiendo, considero que respetar y dignificar el trabajo de las mujeres es primordial para recuperar el tejido social, la colaboración de los maridos no debe verse como graciosa concesión sino como colaboración per se. 

Recuperar espacios públicos, que nos devuelvan la seguridad, mejorar la urbanización, etc., son también parte importante de la recuperación del tejido social, empero, no atender la problemática de las mujeres hará que el esfuerzo quede en quimera.


Dr Jose Gabriel Rosado Triay

Dr Jose Gabriel Rosado Triay

Otras publicaciones del autor