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¿Quién les va a creer?

A las mexicanas y mexicanos: La no ratificación de Ernestina Godoy al frente de la Fiscalía capitalina dejó desnuda a la oposición ante todos, se mostró tal cual es. En primer lugar, la votación dejó en claro que no existe un gobierno autoritario; si lo fuera, jamás los resultados hubieran sido iguales ya que pudo utilizar cualquier artilugio como en el pasado, pero no lo hizo.

El desplante autoritario vino del dirigente del PRI al anunciar la expulsión de dos diputadas de ese partido que valientemente y siguiendo sus convicciones votaron a favor de la ratificación.

¿Quién les va a creer?

El bloque opositor a la 4T conformado por PAN, PRI, PRD y MC impidieron la ratificación porque la fiscal les resultaba muy incómoda, no cedió a intercambios facciosos y no puso por encima de la justicia a la política, ella es una mujer intachable. El voto del bloque fue con miras al proceso electoral 2024 para sacar raja electoral del asunto.

Se equivocan quienes piensan que es una derrota para el gobierno local y federal. No lo es, porque un principio rector de ambas administraciones es privilegiar el encargo en lugar del cargo. El proyecto de nación va más allá de las personas, se basa en compromisos, responsabilidades e ideales, por eso es que el bloque opositor, al evitar la ratificación, lo que pretende es ganar tiempo y generar una cortina de humo en torno a las investigaciones que tienen en curso diversos personajes de sus partidos.

La mafia en el poder no es una leyenda, es una realidad galopante que se resiste a ser erradicada, es una red de complicidades tejida durante décadas, es un grupo íntimamente relacionado con delitos graves y felonías mayúsculas: cártel inmobiliario, trata de personas, narcotráfico y corrupción en todas sus modalidades.

Acusan una falsa persecución política y falta de rendición de cuentas; sin embargo, la ciudadanía entera sabe que es falso. Lo saben incluso los propios correligionarios de sus partidos a quienes han lastimado una y otra vez esos personajes al tomar por asalto sus dirigencias desde hace varios años. Para ellos el cargo sí es lo importante, su pragmatismo los ha hecho comer sapos sin hacer gestos y ponerse de rodillas ante quien sea para lograr sus objetivos personales; son una partida de corruptos.

La lección no es para Morena, es para el electorado porque es quien sabe el verdadero poder de su voto, es quien manda y quien decidirá depositar en las urnas un voto dividido o un voto transformador. Los Congresos plurales son deseables cuando las fuerzas políticas que lo integran son democráticas y actúan en el marco de ley, este no es el caso y el pueblo lo tiene claro, particularmente ahora.

¿Quién les va a creer?, nadie, absolutamente nadie. La sociedad sabe que mienten, pretenden victimizarse, aunque tengan poco éxito en su intentona; apelan a lo que nunca hicieron, esgrimen argumentos tan falsos e inverosímiles que no convencen a nadie. El pez por su boca muere, tiempo al tiempo. (Activista social).

@larapaola1