Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA

Narrativa de una manera inútil y mediocre de vivir

F ui de todo y sin medida, como diría José José, por el abuso en el consumo de cocaína inhalada, así como el marihuano, encuentra relax con la Clonacepan, yo recurría al Tafil, lo que me permitía, no es receta, sentirme mejor, pero el fármaco me atrapo, me hundí en depresión y en pensamientos recurrentes, comencé a usar Valium, Lexotan, Ribotil que es muy fuerte y toda una gama comandada por el Tafil, la mayor parte del tiempo, andaba dopado, como levitando, drogado, el rebote era inmediato y drástico, mi aspecto físico denotaba el abuso en los fármacos y por supuesto, con la coca y el alcohol, parecía yo, el gerente de una funeraria, con cara de muerto, amarillo, ojeroso, triste, amargado, desganado, con lo blanco de los ojos café cenizo, deprimido, sin luz ni chispa por la vida, muerto en vida, atrapado en un callejón sin salida.

Sé que el tiempo no es recuperación, no son la acumulación de años lo que te dan sobriedad, en mi opinión, la recuperación se mide en los hechos, no basta con tapar la botella, o hablar y hablar de lo que no se tiene, la derrota es de todos los días, como el compromiso de cambio, el ser, con hechos, un buen esposo, compañero y amigo, un buen padre, ejemplo, ecuánime y digno, ser un buen ciudadano, honesto, alejado de las conductas toxicas  como el chisme, el levantar falsos, la envidia, la intriga, ser tranza, corrupto, lejos de la hipocresía y de la doble cara, dar lo mejor de uno mismo a los demás, servir con alegría, sin interés y tener un crecimiento basado en los valores y las buenas costumbres, la recuperación, son hechos y no buenas razones.

Narrativa de una manera inútil y mediocre de vivir