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Muerto en vida, podrido y atrapado sin salida

Un abismo profundo, negro e incierto ¿Por qué se hace adicto el adicto? Crisis económica, ausencia de valores, carencia de códigos educativos y de ética, malos ejemplos, herencias nefastas, emocionales y genéticas, mala comunicación, poca convivencia, amistades tóxicas, influencias cibernéticas y de medios, identidades y personalidades falsas, apatía,  otros factores palpables, ponen en riesgo a la gran mayoría de las familias, no importa, si se es rico o pobre, indígena o menonita, de la clase media, baja o alta, no hay edad ni religión, esta enfermedad emocional agarra a todo el mundo por parejo; es una herencia genética que se ha venido transmitiendo de una generación a otra; los niños nacen con una alta predisposición al alcoholismo y la neurosis, son candidatos a caer en las garras de la perra, maldita enfermedad perversa del alma, La Saliva del Diablo, crecen, estos adictos en hogares disfuncionales y han de romperse tuti la madona por sus nefastas conductas tóxicas que  no desaparecen en toda la vida, muchos de estos niños, de esta época, son nacidos para perder.

Esta época  es extremadamente difícil en la convivencia humana; la tendencia es fracasar como matrimonio, hundirse en un hoyo y llegar al divorcio violento, por demás conflictivo; es alejarse de la paz y la armonía que, se supone, debe reinar en un hogar. Se vive segundo a segundo, en pleitos, como perros y gatos, no hay respeto ni comunicación sensata; la neurosis aflora, cometemos sendos errores, hiriendo, agrediendo todo el tiempo,  dejando heridas profundas en nuestros seres cercanos, golpeamos, sabemos dónde golpear entre hermanos, entre esposos y entre padres e hijos. Sabemos que nuestra lengua pega fuertemente en la parte más sensible de quien queremos lastimar y en el otro extremo podemos ver una película pegados como muéganos, pero huecos; tendremos pocos momentos de amor profundo y excesivo, pero somos mecha corta, explotamos y enojados no medimos nuestras consecuencias ni la magnitud de nuestras palabras y acciones, pero todo obedece a lo que señalo al principio de este párrafo: creemos tener todo el derecho de corregir a los demás y somos expertos en meternos en lo que no nos importa.

Muerto en vida, podrido y  atrapado sin salida