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Los llamó perros

En la misma semana que se compara con Jesús, le llama perros a ciertos mexicanos.

Como pueden ver en mis anteriores columnas, tengo ya rato sin hablar de lo que dice nuestro presidente en las mañaneras, pero esta vez al llamarles perros a ellos, nos llamó perros a todos.

Los llamó perros

Es cierto, en el periodismo hay quienes no han ejercido con ética y profesionalismo su carrera, pero, lo mismo en la abogacía, que es mi área, lo mismo en la medicina, lo mismo en la construcción, y no se diga en política, que es justo a lo que se dedica el que nos llamó perros.

Perdón, es que es imposible no solidarizarme como profesionista. Mucho se les ha criminalizado en la opinión pública a los periodistas, pero aún en aquellos supuestos en que les asistiera razón a quienes los incriminan, lo que no se debe permitir nunca es la falta de respeto.

El periodismo es una actividad noble, gracias a él, en parte, se ha fortalecido nuestra democracia, con reportajes, notas, investigaciones y primeras planas que desde luego el político no quería ver; pues como decía George Orwell: “La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír.”

Conozco a muchas y a muchos periodistas y a empresarios de la comunicación, de medios impresos, televisión, radio, revistas, portales, y columnistas, y son apasionados de lo suyo, han hecho del periodismo no solo su estilo de vida sino su vida misma, y claro, desde luego, que cobran por ello. Caray, mal harían en no cobrar por lo que hacen. 

Además, con esta revolución digital, ya no solo existe el periodismo tradicional; se sumó el periodismo participativo -el bloguero-, y se sumó el periodismo ciudadano, es decir, que quien está perrunamente, perdón, penosamente atrasado es alguien más.

Que la objetividad no existe, señalan algunos, y coincido, tan solo presumir tu objetividad es en sí un acto subjetivo, y aún tú siendo objetivo según el juicio de un tercero, ese juicio también está viciado de subjetividad pues provino de una ponderación personal previa, pero ir al extremo como sucede, y caer en el colmo de sostener que lo que escuchas, lees, y ves de los periodistas es porque recibieron algo a cambio, es inventar, pues es tanto como decir que todos los abogados o todos los políticos son corruptos, o que todos los doctores son negligentes y los constructores mediocres.

Perros, creo somos todos si no nos solidarizamos con el periodismo. Tolerancia y respeto irrestricto a la libertad de expresión debería ser una característica de todo político, empezando por el presidente de México.