Lo mejor de la navidad 2025 se llama familia

Estamos a unas cuantas horas de la celebración de la noche buena, la fecha en la que el mundo cristiano recuerda el nacimiento de Jesús El Cristo, aunque, basados en las señales que aparecen en la Sagrada Biblia, algunas iglesias no católicas, como La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días aseguran que el nacimiento fue un 6 de abril.
Pero bueno, independientemente de la fecha, lo principal es que el recordar el nacimiento del hijo de nuestro Padre Celestial es un excelente motivo para reunirnos como familia y en algunos casos con amigos cercanos para reflexionar en que, así como nuestro Dios nos dio lo que mas amaba, nosotros debemos esforzarnos por dar más que recibir.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, a la que pertenezco, nos enseña que hallamos verdadero gozo de Navidad cuando hacemos del Salvador el punto central de esa temporada. Podemos tenerlo en nuestros pensamientos y en nuestra vida al realizar la obra que Él desearía que hiciéramos aquí en la tierra. En esta época, en particular, sigamos Su ejemplo al amar y servir a nuestros semejantes.
Y es que, la Navidad es el espíritu de dar sin pensar en recibir. Es felicidad porque vemos alegría en las personas. Es olvidarnos de nosotros mismos y encontrar tiempo para los demás. Es paz porque hemos hallado paz en las enseñanzas del Salvador. Es la época en que más particularmente nos damos cuenta de que cuanto más amor damos, más amor hay para los demás.
Cuando la temporada de Navidad nos rodee con toda su gloria, busquemos, como hicieron los reyes magos, una estrella brillante y especial que nos guíe hacia nuestra oportunidad navideña de servicio para con nuestro prójimo. Hagamos todos el viaje a Belén en espíritu, llevando con nosotros, como regalo para el Salvador, un corazón dulce y comprensible; y que todos tengamos una Navidad llena de gozo.
Los obispos de la iglesia católica en México a través de la Confederación del Episcopado Mexicano, en un mensaje el pasado 16 de este mes de diciembre señalaron: "nos dirigimos a ustedes en esta Navidad con el corazón lleno de esperanza y alegría. Les compartimos nuestro mensaje como pastores que caminamos con ustedes ante tantos desafíos no resueltos de nuestra patria. Hoy queremos hablarles desde otra mirada: desde el silencio del pesebre, desde la contemplación del misterio de esa noche que nos envuelve a todos con renovados sentimientos de asombro y esperanza.
Y hacen un llamado a que en la Nochebuena y el día de Navidad dejemos que la presencia de Cristo ilumine nuestro corazón herido por la discordia y el Niño de Belén nos recuerde que somos profundamente amados por nuestro Dios y que nunca nos abandona en medio de nuestros anhelos y sufrimientos.
Y añaden: José y María, en su pobreza, en su camino incierto hacia Belén, en su búsqueda de posada, nos revelan algo esencial: la familia es el santuario que Dios eligió para hacerse presente en la historia, la familia es el lugar sagrado donde la vida se comunica, se recibe y se ama.
"Contemplamos en José, al hombre justo que protege la vida, que trabaja con sus manos y que se levanta para poner a salvo a los suyos. Contemplamos en María, a la madre que guarda todo en su corazón, que canta el Magníficat, es decir, la alabanza a Dios que está siempre presente para quien lo busca con un corazón sencillo. Contemplamos a Jesús el Hijo, que con su presencia santifica los lazos más sencillos y sólidos del amor humano.
Y recuerdan que el Papa León XIV, en su reciente homilía por la fiesta de Guadalupe elevó esta suplica a la Virgen María: "Fortalece a las familias: que, siguiendo tu ejemplo, los padres eduquen con ternura y firmeza, de modo que cada hogar sea escuela de fe".
Y a ustedes, familias mexicanas que enfrentan tantas tormentas e incertidumbres, les decimos en esta Navidad: miren nuevamente al pesebre. Ahí está la respuesta que Dios nos ofrece. El amor sencillo, fiel y cotidiano, es más fuerte que cualquier amenaza.
Que esta Navidad 2025 nos encuentre más unidos, más pacientes y agradecidos por el simple regalo de tenernos los unos a los otros.
Y es que la mejor parte de esta Navidad no está bajo el árbol, está sentada a la mesa: se llama familia.
En cada abrazo de esta Navidad 2025 va un "gracias" por todo lo vivido juntos y un "aquí estoy" para todo lo que venga. Que las luces de esta Navidad iluminen nuestra casa, pero sobre todo nuestros corazones, para seguir eligiéndonos familia cada día.
No importa cuántos regalos haya, lo que realmente llena esta Navidad es saber que podemos volver a reunirnos y mirarnos con cariño y paz y que en medio de las prisas recordemos lo esencial, que es vernos, escucharnos y decirnos sin miedo cuánto nos queremos.
En esta Navidad doy gracias por cada risa compartida, por cada problema que superamos juntos y por la certeza de que mi familia es mi mayor tesoro.
Mi deseo es que la mesa de esta Navidad tenga algo más que comida: que esté servida de perdón, de conversaciones sinceras y de abrazos sin prisa.
A mis amigos y compañeros de trabajo les deseo que esta Navidad 2025 les traiga pausas verdaderas, risas honestas y la alegría de saber que cuentan conmigo más allá del trabajo y las obligaciones.
En esta Navidad, brindo por las conversaciones que nos salvaron días difíciles y por las personas que eligieron quedarse incluso cuando era más fácil irse.
Ojalá que esta Navidad nos recuerde que no estamos solos, que siempre habrá alguien dispuesto a escucharnos y celebrar nuestras pequeñas grandes victorias.
Gracias por ser parte de mi año 2025. Y que esta Navidad 2025 sea el inicio de proyectos bonitos, pero sobre todo de días más ligeros y llenos de calma.
Y a quienes ya no están con nosotros, que la Navidad les regale el descanso que necesitan.
Y sí, sin ellos esta celebración 2025 se siente distinta, pero en medio del silencio también está la risa, el consejo y todo lo que dejaron en nuestro corazón. No están, y al mismo tiempo están en cada recuerdo.
Hay una silla vacía en la mesa, pero no en nuestra memoria. Esta Navidad los recordamos con amor, agradeciendo cada momento que compartimos contigo.
No se trata de olvidar para poder celebrar, sino de aprender a celebrar también por lo que vivimos con quienes ya partieron; esta Navidad es un homenaje silencioso a su historia en nuestra vida.
En esta Navidad miro al cielo y siento que parte de mi familia también celebra desde allí; gracias por la huella que dejaron y por enseñarnos a amar incluso en la distancia.
Felices fiestas para todos.
Y por hoy, BASTA.
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