LA LÍRICA MOZÁRABE EN LA PENÍNSULA IBÉRICA (primera parte)

Estimado lector siempre es un gusto volver a conectar contigo en este tu espacio de literatura. Hoy día atravesamos por una situación nueva, algo que nunca habíamos vivido antes. Las pandemias aunque nuevas para nosotros, es decir, si se sabía de su existencia pero en realidad, o al menos yo nunca había experimentado algo así, no son ninguna novedad.

Durante la época antigua en Egipto acabó con mucha gente. Como dato curioso había quienes pintaban las puertas con sangre para así engañar al ángel de la muerte. (Ese es el origen de las lindas puertas rojas que por ahí se ven en alguna que otra casa en cualquier vecindario). O como por ejemplo la famosa peste bubónica que azotó principalmente Europa y exterminó a gran número de la población, todo esto provocado por las pulgas que tenían las ratas en aquel entonces. 

LA LÍRICA MOZÁRABE EN LA PENÍNSULA IBÉRICA (primera parte)

Pero bien, establecidos en el medievo como vimos anteriormente con el Cantar de Mío Cid, esta semana hablaremos de los orígenes de la poesía lírica castellana y para esto es de suma importancia que conozcan un poquitín acerca de la historia de España.

Habrán de saber que la península Ibérica, a través de la historia ha sufrido o gozado de innumerables invasiones que la han beneficiado culturalmente, haciendo de esta región del mundo algo sui generis, algo así como un continente en miniatura. Los iberos, los griegos, romanos, cartagineses y los celtas en el norte dieron origen a los gallegos. Los romanos, quizá una de las invasiones más importantes junto con la de los moros y la de los bárbaros germanos donde suevos y visigodos terminaron con el dominio del imperio romano en la península y establecieron la religión católica por mandato del monarca visigodo Recaredo.

Durante 700 años, las legiones del César se hallaban asentadas por toda Europa, en este caso en la península. Allí los romanos establecieron muchas ciudades dentro de las cinco provincias que conformaban Hispania, incluyendo Portugal que se conocía como Lusitania. Las otras cuatro eran Baética (Betis), Cartaginesis (Cartago Nova), Terraconesis (Tarragona) y Gallaecia (Galicia). 

Los romanos además de la construcción de caminos, puentes y acueductos que hasta hoy día podemos disfrutar, hicieron un aporte vital en la cultura peninsular, y ese fue el lenguaje. Al mezclarse el latín vulgar de las legiones romanas con las lenguas locales se fue dando vida a lenguajes que hoy aún siguen vivos dentro de España como el catalán, el castellano y el gallego que son de origen romance. Dentro de España existe otra lengua que no tiene conexión alguna con el latín pero que ha estado allí y permanecido fuerte en la región de Euskadi (País Vasco). Me refiero al euskera. 

En la otra mano después de las invasiones bárbaras al imperio por toda Europa, en la península llega un invasor final, un invasor que permanecería allí por 800 años. 

Provenientes del norte de África y con estandarte islámico los almorávides o mejor conocidos como moros llegaron a ocupar casi el 90 por ciento de la península en el año 711 d.C.  y en 716 los caudillos asturleoneses como Don Pelayo comienzan la gesta de la reconquista en Cangas de Oñís dando a la cristiandad la esperanza de recobrar los  reinos de la península. 

En la próxima edición seguiremos viendo como el castellano iba tomando forma en los albores del comienzo de España, en su camino como reino unificado e independiente… Continuará

Para concluir por hoy me despido esperando que tengas una semana muy aprovechada y llena de mucha lectura y descubrimiento. 

Aprovecha cada día al máximo, “Carpe Diem”.

¡Hasta la lectura siempre!