Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA

He venido a cambiar, no a calentar la banca

Yo no comprendía la magnitud de mi enfermedad emocional, creí que con dejar de consumir cocaína era suficiente, que bastaba con haber tapado la botella de vodka que me empinaba todos los días, pensé que el haber dejado la morfina sintética y el Tafil, ya tenía el cielo ganado, hoy veo, que mi enfermedad es compleja, cierto es, que es contagiosa, incurable, burlona, cruel, es física, mental, emocional, espiritual y tiene que ver mucho con mi personalidad, es una enfermedad, perra, que no se la deseo a nadie y hoy trabajo intensamente en el cúmulo de mis defectos de carácter, en mis patrones de conducta, en mis egos, en mi soberbia, le bajo a mi ansiedad y evito caer en el juego de La Saliva del Diablo como yo le llamo a mi enfermedad. La neurosis y todo lo que he escrito en este artículo, es mi propia experiencia y felizmente he superado los malos estragos que les di a los míos, he podido cambiar muchos modales, mi lenguaje es diferente, y debo reconocer que aún, el cavernícola emocional aparece en escena y quiere hacer de las suyas, convirtiéndome de nueva cuenta en el huracán rugiente y echo por la borda todo el trabajo ganado, hoy sé, que debo de tener la paciencia de un pescador, que mi sobriedad depende de mí equilibrio mental y emocional y al menos, solo por hoy, me siento feliz, libre y agradecido con Dios por mi sobriedad. 

Un problema de salud, de vida o muerte

He venido a cambiar, no a calentar la banca

El sueño que cualquier ser humano, es ver a sus hijos crecer  sananamente, verlos realizados en lo  profesional, lo económico y lo familiar, pero este sueño, lejos de convertirse en realidad, es una amarga pesadilla, una cruda realidad, donde niños, desde los 8 años de edad, se intoxican con diversas sustancias, infantes que se hunden en las adicciones y sufren los estragos amargos de una enfermedad compleja multifactorial, una enfermedad que no es atendida, ni reconocida como tal, que causa muertes en niños y adolescentes, que les roba el presente y el futuro, una enfermedad que desmorona el esquema familiar, erradica los valores y códigos de conducta, genera apatía, una gran indiferencia por el sistema de gobierno, federal, estatal y municipal, hay, un palpable ignorancia, una  política incongruente, se quiere resolver y atender la enfermedad mental, física, emocional y espiritual de niños y jóvenes con la colocación de poster en las escuelas, alusivos al viejo cliché.- Las drogas destruyen.- No uses drogas.- Rompe con el hielo, la verdad, es que los adictos menores, como los adultos, están desprotegidos, desamparados y son carne de cañón de quienes comercializan  con sustancias toxicas, desde un simple distribuidor de cerveza, un ferretero que vende una gama de inhalantes, hasta los narco menuditas que ofrecen una gran variedad de drogas de fácil acceso para niños drogadictos, drogas complementarias, como para los marihuanos, les venden clonacepan y para los adictos, al cristal, tafil, la droga se puede conseguir en cualquier parte, incluso  adentro de las mismas escuelas, por supuesto, de todos los niveles.

¿Por qué se droga un niño?

Son muchos factores que inducen a las drogas, en cualquier edad, uno de ellos, es el alto nivel de ansiedad, lo que genera una enorme vacío, la perturbación mental, altera el Sistema  Central Nervioso, provoca miedos, inseguridad y trastornos mentales, la ansiedad, en mi opinión, es la madre de las adicciones, en complemento, una nula autoestima, que lo hace un mediocre, sin esencia, ni amor propio, imita changos, fuma por imitar, por pertenecer a la pandilla, por el reconocimiento del grupo, fuma, por justificarse ante la problemática donde vive, de donde viene, se es endeble, no se tiene carácter para decir no, gracias, no fumo, no gracias, no tomo, esa debilidad encarrila a estos niños al infierno, carecen de personalidad propia, son el estilo de muchos, no son ellos mismos y muchas decisiones equivocadas, las toman al vapor, sin medir las consecuencias, por ejemplo, la tumba de mujeres, se estila, sin que esto sea una escuela, que tres o cinco de ellos, se escondan en una esquina y dejen pasar a una mujer, luego se encarrilan y la tumban al suelo, , prácticamente la tiran corriendo y ahí, le echan montón para despojarla de la bolsa, joyas, celulares, a veces hasta los zapatos o parte de su vestimenta,  esta acción e idea , fue de uno, quien es el que manipula al grupo y lo mismo sucede con la intoxicación, siempre hay alguien innovador con nuevas fórmulas y sustancias, la mayoría, son presa fácil, por sus antecedentes genéticos, vienen de abuelos y padres alcohólicos, drogadictos, neuróticos, también  de hogares disfuncionales, donde no existen valores ni buenos ejemplos, ausencia de madre, ausencia de padre y cuando están juntos. Lo que hace la mano, hace el de atrás.- Imita changos.-