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El difícil papel de un crítico de cine

Mi buena amiga Illiana Chávez me dijo en una ocasión: “Oye, Jesús, tú eres bien peliculero, ¿verdad?”. A decir verdad, sí sentí un poquito feo. Prefiero usar el término “cinéfilo”. Lo otro como que se puede prestar a malas interpretaciones.

Pero lo cierto es que sí, me encanta ver películas, de preferencia en el cine, aunque a veces me lleve algún chasco, como la última película que vi, “En busca de venganza”, en la que los productores, de manera despiadada y sin decir “agua va”, nos agreden visualmente al exhibir sin recato ni pudor las “nachas” de Schwarzenegger, ya muy aplaudidas después de más de 70 años de uso.

El difícil papel de un crítico de cine

Desde su famosa película “Terminator” nos dimos cuenta de que al tipo le gustaba enseñarlas, pero esos eran otros tiempos; hay algo que se llama “buen juicio” y que a nuestro amigo austriaco parece faltarle; no es lo mismo Terminator que 30 y tantos años después. La ley de gravedad no respeta a nadie. Pero bueno, pasemos mejor a temas menos escabrosos.

Semanas antes de esa traumática experiencia, fui con mi esposita a ver esta película llamada “Geotormenta”. Sí me parecieron un poco exageradas las escenas de catástrofes naturales, pero yo iba en plan de “desestréss”, así que disfruté la película, la trama y las actuaciones, y me encantó un buenísimo detalle que se avienta Eugenio Derbez al final. 

Pocos días después llegó a mis manos una reseña elaborada por uno de esos señores “sesudos” que se dedican a analizar películas y dar una opinión. Un crítico de cine.

Me sorprendió leer la cantidad de cosas negativas que referenciaba en su crítica este señor. Que la película carecía de corazón, alma y cerebro. Que era algo deplorable y falto de talento. Que el director subestimaba la inteligencia del espectador (por mí no se preocupe, señor director, yo no me sentí subestimado). Que la trama no tenía sentido. Que era un gran espectáculo visual de cine chatarra ingenuo e inverosímil. Que Andy García estaba de pena y para dar risa en su papel de presidente de Estados Unidos. Y que Derbez salía de mexicano chistosito, solo para aportar cuota étnica. Remataba diciendo: “Geotormenta es una catástrofe como producción. Nada la salva. Con películas como ésta, mejor que se acabe el mundo”.

Después de leer esta agria crítica de la película, me pregunté si debería sentirme culpable por haberla disfrutado. Pero no, a mí me gustó, le pese a quien le pese.

Cuando hablo de que el papel de un crítico de cine es un papel difícil, me refiero a que debe ser muy duro ir por la vida teniendo que enfocarse en buscarle todo lo negativo a las cosas y a veces hasta teniendo que exagerar para darle más peso a tus palabras. Y el problema es que hay personas que, sin serlo, van por la vida con una actitud como de crítico de cine, encontrándole todo lo negativo a lo que les toca vivir.

No hay duda de que la vida es una mezcla de días buenos y días malos; a todos nos toca desayunar con tostada quemada de vez en cuando. Pero creo que la vida se vuelve más llevadera cuando, como trato de hacer cuando voy al cine, te concentras más en disfrutar lo bueno, te muestras dispuesto a pasar por alto las pequeñas (o grandes) imperfecciones de los demás y dejas de darle tanto peso a lo malo, que, a final de cuentas, tal vez no sea tan malo, sino que la vida te lo está poniendo enfrente con la intención de que aprendas algo.

Sentirse ofendido por la menor pequeñez, cosa que viene de la mano con enfocarse más en lo negativo, es la manera más fácil de meterse en problemas, de acumular agravios y de perder amigos, que pasando por alto sus defectos (todos los tenemos), constituyen también uno de los mayores placeres de la vida.

Ver siempre lo negativo nos llena el hígado de piedritas, por lo que te invito a revisar qué tantas piedras (o rocas) traes por dentro. La buena noticia es que estas piedras no necesitan cirugía para eliminarse. Todo está en que te decidas a hacerlo.

Así que no te compliques más. Deja de actuar, si es que lo has hecho, como crítico de cine, y haz como yo, que, aunque pueda parecer ingenuo o cándido, trato de disfrutar la película que la vida me proyecte sin quejarme. Bueno, siempre y cuando no se trate de verle las nachas a Schwarzenegger. Para todo hay límites.

jesus_tarrega@yahoo.com.mx

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